La nueva vacuna contra la malaria supera la exigencia de la OMS con una eficacia del 77%

  • La malaria mató en África el año pasado más personas que el coronavirus

  • Dos tercios de los muertos por malaria son niños menores de cinco años

Todo el mundo está tan pendiente de cualquier mínima novedad sobre las vacunas del coronavirus que la noticia de otra esperanzadora vacuna contra una enfermedad que lleva décadas resistiéndose a los científicos ha pasado por los titulares sin hacer mucho ruido. Las primeras vacunas contra el coronavirus se han desarrollado en apenas 11 meses. Contra la malaria empezaron a ensayarse desde hace 80 años sin resultados alentadores. Hasta hace unos días.

La malaria es una enfermedad devastadora. Cada año hay 300 millones de casos en el mundo. En 2019 causó 400.000 muertes. Sólo en África mató en 2020 cuatro veces más que la covid. Dos tercios de los muertos por malaria en el mundo son niños menores de cinco años, uno de cada cinco niños muertos en África fallece de Malaria.

Vacuna con una eficacia sin precedentes

Hace unos días investigadores de la Universidad de Oxford han informado de que han conseguido superar el umbral del 75% de eficacia marcado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) contra la malaria.

El centro investigador -el Jenner Institute de Oxford, el mismo que diseñó la vacuna que produce AstraZeneca- ha difundido los resultados obtenidos de un ensayo de fase IIb de una vacuna candidata contra la malaria llamada R21 / Matrix-M. Los datos indican una eficacia del 77% durante los doce meses de seguimiento. Es una gran noticia porque hasta la fecha la eficacia más alta de una vacuna contra la malaria un año después de la dosificación fue el 56% que ofrecía la Mosquirix de GlaxoSmithKline (GSK).

Probada en niños de pocos meses

En el ensayo realizado en la Unidad de Investigación Clínica de Nanoro (CRUN) / Institut de Recherche en Sciences de la Santé (IRSS) de Burkina Faso, reclutaron 450 participantes, de entre 5 y 17 meses de edad. Ahora van a ampliar el ensayo con 5.000 niños de cuatro países africanos para confirmar la eficacia.

La malaria o paludismo es una enfermedad terrible causada por parásitos del género Plasmodium, que son transmitidos al ser humano por la picadura de mosquitos hembra infectados del género Anopheles.

La enfermedad en el hombre está causada por cuatro especies distintas de Plasmodium (Plasmodium falciparum, Plasmodium vivax, Plasmodium ovale y Plasmodium malariae). Plasmodium falciparum es el responsable del 95% de las muertes. La malaria está muy extendida en 87 países y territorios de todo el mundo, principalmente en las zonas tropicales menos desarrolladas de África, Asia y Sudamérica.

La malaria se ceba con África

El 90 por ciento de los afectados viven en África subsahariana. Las primeras manifestaciones clínicas de la enfermedad son escalofríos y palidez cutánea, que se alterna con sensación de calor y rubefacción cutánea, sequedad, hipertermia, cefalea y anemia. Los cuadros de malaria grave pueden desembocar en afectación cerebral con la alteración de la conciencia, coma y muerte.

¿Por qué es tan complicado desarrollar una vacuna?

Desarrollar una vacuna eficaz contra la malaria es extraordinariamente difícil porque el parásito que ocasiona la forma más agresiva y mortal de la enfermedad en las personas es un microorganismo complejo con un ciclo de vida complicado.

Este patógeno es capaz de adaptarse al huésped humano y evadir su sistema inmunitario mediante el cambio constante de su superficie, de modo que es muy difícil producir una vacuna contra estas superficies cambiantes que se camuflan constantemente.

Otro de los grandes problemas que han impedido tener una vacuna eficaz es la escasa inversión en la prevención de esta enfermedad que afecta predominantemente a países de ingresos bajos y medianos. Es por ello que se lleve muchas décadas intentando desarrollar una vacuna eficaz sin éxito.

El coste humano y económico de la malaria

La malaria pasa factura no solo por la pérdida de vidas, sino también por el coste médico, la pérdida de ingresos y la reducción de la producción económica. Se estima que los costos anuales directos e indirectos de la malaria en África superan los 12.000 millones de euros y es por esto que la enfermedad es una de las causas de la pobreza crónica que afecta al continente africano. Los expertos aventuran que la malaria frena el crecimiento económico en África hasta en un 1,3 por ciento anual.

Los casos de malaria vuelven a España

España también fue un territorio endémico de malaria. La OMS declaró a España libre de paludismo autóctono en 1964 y en Europa en 1976. En la primera década del siglo XXI aparecieron varios casos esporádicos y brotes de transmisión autóctona de paludismo en países de la Unión Europea.

En España en los años 2010 y 2014 se detectó un caso de malaria cada año, en personas sin antecedente de viaje a zona endémica. El mosquito vector Anopheles atroparvus se encontró en las proximidades del primer caso. La presencia de vectores potenciales transmisores del parásito causante de la enfermedad y la llegada de viajeros procedentes de áreas donde la infección es endémica invitan a que no bajemos la guardia.

En 2019 se registraron un total de 8.638 casos de malaria en Europa. Francia, con 2.840 casos confirmados de esta enfermedad, fue el país más afectado, seguido del Reino Unido con alrededor de 1.706 afectados. España, por su parte, informó de 783 casos y ocupó el quinto lugar.

Protección frente a la malaria

Las personas pueden protegerse contra la malaria usando ropa protectora y empleando repelentes de insectos y mosquiteras. También existen medicamentos como la cloroquina que son utilizados para prevenir y tratar la infección. Sin embargo, dados los crecientes niveles de malaria resistente a la cloroquina, se necesitan nuevos medicamentos. Este medicamento, por cierto, también se probó contra el coronavirus sin resultados. El presidente Trump fue uno de sus propagandistas.

En los últimos 20 años se han desarrollado varios medicamentos antipalúdicos, pero todavía es necesario seguir buscando una alternativa asequible, eficaz y segura. Ojalá la vacuna R21 / Matrix-M consiga ser la herramienta definitiva que necesitamos para acabar con la malaria.