Da a luz a un bebé sano después de recibir el trasplante del útero de una donante muerta

  • La mujer que nació sin útero. fue sometida al trasplante hace dos años

Jennifer Gobrecht de 33 años nació sin útero y pensó que nunca podría tener hijo. En 2018 fue sometida a un trasplante de útero de una donante fallecida. Ahora con su bebé en brazos, el segundo que nace en estas condiciones en EEUU, a la nueva madre le parece un milagro.

Jennifer Gobrecht ha dado a luz por cesárea a Benjamin, en el Penn hospital, en Filadelfia el pasado mes de noviembre, según ha publicado la CNN. No ha podido ocultar su alegría cuando el bebé fue presentado en rueda de prensa, al ser considerado un caso excepcional por el revolucionario trasplante que posibilitó el embarazo.

"El nacimiento de Benjamin significa mucho, no solo para mí y para Drew", dijo refiriéndose a su marido, sino por la esperanza para muchas parejas a que lo intenten porque nosotros lo hicimos y aquí está él", dijo Gobrecht.

Un trasplante de 10 horas y menstruar por primera vez a los 31 años

La mujer descubrió con 17 años que había nacido sin útero, llamado como síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser (MRKHS, las siglas en inglés) por lo que nunca había tenido la menstruación. Se autopropuso para someterse al tratamiento experimental del hospital de Filadelfia, que supone el trasplante de útero y fue escogida de entre miles de candidatas. Finalmente recibió el trasplante del órgano de una donante fallecida.

Para ello se sometió a una intervención que duró más de 10 horas en los que el útero fue emplazado en la zona pélvica y conectado con todos los vasos sanguíneos del útero donante a los vasos sanguíneos de Jennifer. Esto significó que la mujer pudo menstruar por primera vez.

La mujer tomó medicamentos después del trasplante para reducir el riesgo de que su cuerpo rechazara el órgano y seis meses después de la cirugía de trasplante los médicos transfirieron directamente un embrión fecundado al útero de Jennifer Gobrecht.

10 días después recibió los resultados del análisis de sangre que confirmaron que la transferencia de embriones fue exitosa y que estaba embarazada.

La doctora Kathleen O'Neill, profesora asistente de obstetricia y ginecología en Penn Medicine que supervisó la atención ginecológica de Jennifer explicó que los equipos médicos y los investigadores ya han completado dos trasplantes uterinos exitosos, incluido este y se están planeando otros cinco.

Estos trasplantes abren una esperanza para el futuro para mujeres con úteros no funcionales, o porque nacieron sin útero o sufren fibromas, como una opción de tratamiento de fertilidad