'Mamá, ¿por qué brillan las estrellas?' y otras preguntas que no sabemos contestar

Celia Molina 05/10/2015 12:14

Los pequeños parecen arrastrados por una fuerza centrífuga que les obliga a levantar la cabeza, estirar el cuello y alzar la vista por encima de los edificios y la contaminación para hacerse preguntas tipo: ¿Por qué las nubes se ponen grises cuando llueve?, ¿por qué después del rayo viene el trueno y da miedo?, ¿por qué la Luna no se encuentra con el Sol? (Sobre todo, ahora, en otoño, cuando nos parece que el tiempo se vuelve loco). Si nunca sabes lo que contestar (y sudas), aquí te damos las respuestas.

Que levante la mano quien no se haya quedado completamente en blanco cuando un niño, lleno de curiosidad científica, le ha hecho una pregunta tan sencilla como que por qué el cielo es azul. "Eh... pues... porque... ¡Qué te lo explique tu madre!", puede ser una respuesta válida pero también es una revelación. Es la evidencia de que hace tanto tiempo que los adultos no tenemos tiempo de preocuparnos por esas minucias, que se nos ha olvidado que un día fueron la obsesión de los grandes pensadores, la inspiración de los escritores y el escenario perfecto para los amantes.

En un ejercicio de regresión y afán por el conocimiento y, para evitar que los pequeños genios nos pongan colorados en el momento más inesperado, vamos a ponernos en la piel de un niño de cinco años (¡bien!) y a responder a sus dudas (y a las nuestras) sobre los misterios de la naturaleza:

  • ¿Por qué el cielo es azul?

Respuesta científica: La luz que llega a la atmósfera de la Tierra no es de color azul, sino de una amplia gama de colores. La luz viaja en forma de ondas y cada color tiene una longitud de onda distinta. Las ondas que se corresponden con el azul o el violeta son las que más se ajustan al tamaño de las moléculas que componen nuestra atmósfera y, por lo tanto, las que mejor podemos visualizar.

Respuesta creativa: Para que un niño lo entienda mejor (y evitar futuras preguntas más agobiantes como qué es la atmósfera o una longitud de onda) podemos ponerle un ejemplo con otro tipo de ondas: si el cielo fuera una radio y el aire estuviera lleno de canciones de colores, la canción de color azul es la que mejor sonaría en nuestro aparato.

  • ¿Por qué cuando llueve las nubes se ponen grises?

Respuesta científica: El color de las nubes tiene que ver con su densidad. Cuando una nube está cargada de agua, se vuelve más densa y esto impide que la luz la atraviese, por lo que la vemos más oscura. Sin embargo, una nube en su estado normal: compuesta por microscópicas partículas de agua, será más ligera, dejará entrar la luz y, por lo tanto, se verá blanca.

Respuesta creativa: Facilísimo. Podemos explicar este fenómeno con un objeto común en todas las casas: una esponja (no tener ninguna es un mal signo). Si cogemos una esponja de color amarillo y la sumergimos en la bañera durante un buen rato –para que se empape bien de agua- al sacarla, se verá de color marrón, porque la luz no podrá atravesarla. ¡Lo mismo ocurre con las nubes!

  • ¿Por qué el Sol sale de día y la Luna de noche?

Respuesta científica: Ésta nos las sabemos todos los que prestábamos atención en clase de ciencias naturales (asignatura que ya no sé si existe). Tiene que ver tanto con la rotación de la Tierra sobre su propio eje –lo que causa el día y la noche- como con la rotación de la Luna alrededor de la Tierra.

Respuesta creativa: Existe una vieja leyenda que habla de un amor prohibido entre la Luna y el Sol: "Cuando se vieron por primera vez, se enamoraron perdidamente el uno del otro. Sin embargo, el trágico destino les asignó dos funciones tan opuestas que nunca podrían llegar a estar juntos: el Sol debería iluminar el día y la Luna, la noche; y sólo en los días mágicos que hubiera un eclipse podrían llegar a tocarse" (Snif). Esta explicación no sólo es mucho más comprensible para un niño, sino que, además, es perfecta para dejarle dormido. Dos por uno.

  • ¿Por qué después del rayo viene el trueno?

Respuesta científica: En realidad, el rayo y el trueno se producen exactamente al mismo tiempo pero no los percibimos a la vez. ¿Por qué? Pues porque la luz y el sonido son ondas que se desplazan por el aire a distinta velocidad. Una señal luminosa nos llega a una velocidad de 300 millones de metros por segundo; en cambio, una señal auditiva viaja tan sólo a 330 metros por segundo, por lo que hay un notable desfase entre ellas.

Respuesta creativa: Como es bastante difícil encontrar un ejemplo casero de algo que suene pero que se vea antes de que suene, lo mejor es recurrir a la mitología griega, que para algo ha perdurado durante más de 2.500 años. Un padre con buena labia le puede explicar a su hijo que, en el cielo, hay una 'gran jefe' de los rayos que se llama Zeus (todo en plan laico), que lanza un rayo a la Tierra con su tridente dorado y luego da un golpe en las nubes sobre las que está construido su palacio. Y punto.

  • ¿Por qué brillan las estrellas?

Respuesta científica: Esto lo explica muy bien Punset: "Las estrellas son átomos de hidrógeno y helio condensados en cuyo interior luchan dos fuerzas: la gravitatoria, que empuja toda la masa de las estrella hacia el centro elevando las temperaturas a niveles incandescentes; y la electromagnética, que se resiste a la gravedad. Sin embargo, los átomos que no pueden resistir dicha gravedad, se unen y liberan una gran cantidad de luz y energía".

Respuesta creativa: Pues a mí la que más me gusta es la de 'El Rey León'. Mufasa le dice al pequeño Simba que las estrellas son el reflejo de nuestros antepasados, que siempre nos acompañan y viven dentro de nosotros. Timón y Pumba se ríen de él cuando lo cuenta pero, siendo más o menos adaptable a las creencias religiosas, es un pensamiento alentador.