Jonathan Coronado, un joven estadounidense decidió cambiar sus hábitos de vida y adelgazar 80 kilos para poder donarle un riñón a su hermana Denisse de 13 años y así salvarle la vida.
La pequeña tenía un trastorno llamado púrpura de Henoch-Schönlein, que causaba la inflamación y sangrado en los vasos sanguíneos pequeños de los riñones y desde hace 4 años dependía del tratamiento de diálisis. La única manera de salvar su vida era mediante un trasplante.
Jonathan era compatible pero su sobrepeso le impedía hacerle la donación. El amor por su hermana le hizo adoptar hábitos de vida más saludables, en una primera fase perdió 45 kilos y con más rutinas de ejercicios logró perder los 30 kilos más que le faltaban. "Cuanto más peso perdía, más confianza tenía y realizaba más entrenamientos. Las dietas saludables se convirtieron en un hábito" aseguró en unas declaraciones recogidas por el medio La Republica.
Cuando llegó a pesar 88 kilos se convirtió en el donante perfecto y así lo hicieron, ahora su hermana está empezando a salir, divertirse y hacer las cosas que no podía hacer cuando estaba sujeta a la diálisls.