En un desayuno informativo, Lora Tamayo ha explicado que estos problemas vienen "desde atrás en el tiempo" pero estaban "escondidos bajo la perentoriedad económica".
Según ha explicado, por jubilación, el CSIC pierde entre 150 y 200 personas al año, aunque la mayor reducción llega a través de los contratos temporales y de formación, como los JAE, que con la crisis no se han renovado.
En cuanto a los problemas estructurales, el organismo sigue en el proceso de aprobación de su estatuto, que es el primer paso de cara a un contrato de gestión. Actualmente, el CSIC es una agencia estatal "incompleta", que carece de este tipo de contrato.
Ante esta situación, el presidente ha pedido que el sistema "tiene que proveer plazas estables" para personas formadas, "más dinero para programas como JAE" que solucionen la situación de personal y un "presupuesto sostenido" a lo largo de años, que permitiría una "visión de los objetivos a largo plazo" y mejoraría la "competitividad" de la investigación española.