Una habitación hinchable en la ISS: primer paso para abrir un hotel en el espacio

Antonio Ayuso* 26/04/2016 17:41

El módulo, que ha sido lanzado y está a punto de ser inflado en la ISS, es un gran paso adelante, tanto para el hotel de Bigelow como para el resto de misiones tripuladas (a saber: Luna y/o Marte), porque aumenta la cantidad de volumen disponible y mejora las prestaciones de las estructuras que hemos utilizado hasta la fecha, hechas de diferentes aleaciones de aluminio.

También ofrece una mayor protección frente a la radiación, pesa poco (no olvidemos que el precio de lanzar un kilogramo al Espacio es del orden de un millón de euros, mil euros por gramo) y, por último, es más resistente a las cargas a las que nos somete, por ejemplo, el lanzamiento o el acoplamiento en órbita.

BEAM, que así se llama este módulo inflable recién acoplado a la ISS, es un experimento que durará dos años. Solo entonces sabremos si todo esto es en verdad una disrupción tecnológica que nos facilitará el acceso al espacio. Recordemos que la radiación es uno de los mayores problemas que nos separan de Marte, ya que ningún ser humano soportaría la exposición a la radiación que conlleva la duración (siete meses) del viaje al planeta rojo.

Un poco de historia

Los primeros en investigar las estructuras inflables fueron, cómo no, los de la NASA de los 60. En aquellos años volaron dos satélites utilizando esta tecnología. Después, ya en los 90, con el programa de exploración americano a toda máquina, fabricaron el prototipo del módulo con el que planeaban llegar a Marte: el Transit Habitat. El proyecto se quedó sin fondos debido a los recortes aplicados para poder pagar la contribución norteamericana a la Estación Espacial Internacional.

(Echo 1, 1960. | Foto: NASA.)

El relevo lo tomó entonces Robert Bigelow. Nacido en Las Vegas, en 1945, su sueño era subir al espacio. Como para lo de ser astronauta tenías que ser bueno en mates y al parecer ese no era su caso, decidió dedicar sus esfuerzos a ganar el suficiente dinero como para mantener su propio programa espacial: Bigelow Aerospace lanzó en el dos mil y poco su primera nave espacial expandible y en el 2007, la segunda. Lo siguiente fue convencer a la NASA de que le pagaran el desarrollo de un prototipo que pudiera acoplarse a la ISS: ese es BEAM. Nadie lo va a habitar. Quieren ver cómo se comporta durante dos años. Ver qué tal aguanta la radiación. Cómo le influyen los impactos de los micrometeoritos. Qué tal responde a las cargas. Que no tenga fugas. Todo eso.

(TransHab, 1999. | Foto: NASA.)

Si todo va bien, lo siguiente será su utilización para vuelos tripulados. Lo que Bigelow se imagina es una estación espacial de recreo. Que el que quiera ir pague su billete y suba. Con todo el espacio necesario. Lo de Marte, lo iremos viendo.

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*Antonio Ayuso es Ingeniero Aeronáutico y lleva más de veinte años trabajando en el sector Aeroespacial. Tiene una amplia experiencia en sistemas espaciales en general y en los que controlan la actitud y la órbita de los satélites en particular.