Una nueva ruptura del vórtice polar podría estar cerca y dejar un invierno muy blanco

eltiempohoy.es 15/12/2018 10:46

Cuando el invierno se daba por perdido, tuvo lugar un calentamiento súbito estratosférico y, en consecuencia, un desplazamiento del vórtice polar, que no es otra cosa que la retención del frío ártico extremo en latitudes mucho más altas que las nuestras.

Este mismo patrón podría estar gestándose durante este mes de diciembre mientras disfrutamos de tiempo anticiclónico. ¿Es extraño? No. Lo normal es que ocurra dos de cada tres años, aunque no es probable que sea tan intenso como el de 2017. De hecho, fue el más duradero y remarcable desde finales de la década de los 50, es decir, hace más de medio siglo.

¿Qué está ocurriendo?

Fundamentalmente, dos hechos. Por un lado, los satélites han detectado o verificado que, a pesar del cálido otoño europeo (no tanto en España), la capa de nieve en ciertas áreas del hemisferio norte es bastante notable antes de que arranque el invierno. Este hecho es significativo ya que indicaría un comportamiento anómalo atmosférico en aquellas zonas donde la nieve ha hecho acto de presencia antes de tiempo y de forma clara.

Y, por otro lado, y esto es lo más importante, la estratosfera está empezando a dar síntomas de repetir los patrones del año pasado. Generalmente, esta capa atmosférica se mueve entre los 50 y los 70 grados bajo cero en esta época del año.

Los últimos datos aproximaban la temperatura a -30ºC, un valor que para nosotros a pie de tierra es gélido y extremo, pero no a altura a la que se encuentra la estratosfera. Lo que podría estar ocurriendo y así empiezan a creer diferentes agencias, como la NOAA estadounidense, es que se haya empezado a gestar un calentamiento súbito de la estratosfera. Si esto se confirma estaríamos ante un episodio como el de febrero.

A continuación, el siguiente reflejo sería un desplazamiento de ese vórtice polar y un enfriamiento claro de la troposfera, que nos afecta directamente. La consecuencia es un cambio de los patrones meteorológicos habituales que rigen la atmósfera en nuestro lugar, por ejemplo, la desaparición del anticiclón de las Azores y la puerta abierta a las borrascas que nos alcancen desde el Atlántico así como la mayor posibilidad un descuelgue de masas de aire frío de origen ártico.

¿Qué puede ocurrir?

La consecuencia de este calentamiento no son solamente las nevadas ni un enfriamiento generalizado. De hecho, esta es solo una de las opciones y es la que, precisamente, nos tocó de refilón cuando se desplazó el vórtice en febrero. Por el contrario, nuestros vecinos más al norte, sí recibieron importantes nevadas hasta el mes de marzo (avanzado).

Sin embargo, los modelos que avanzan la previsión para el invierno hablaban ya de unas pautas como estas con movimiento y 'sorpresas' en torno al mes de enero. En principio, este mes debía de ser tranquilo, una calma previa al festín de un final de estación marcado por la nieve y la lluvia.

Ambos meteoros vendrían determinados por la ruptura del vórtice polar y por la situación previa que podría estar gestándose en la estratosfera. De cumplirse, esta vez el contexto sí podría ser de nevadas de forma prolongada en el arranque del invierno y no de lluvias generalizadas como en el arranque de 2017.

Por eso, la tranquilidad atmosférica y los récords de temperatura máxima de los primeros días de diciembre podrían estar dándonos una señal falsa de que el invierno no está dispuesto a llegar fiel a su cita con el calendario.

Aunque nos parezca extraño, este fenómeno ocurre casi anualmente lo que sucede es que suele afectar al noreste de EEUU y a amplias zonas de Canadá donde se registran olas de frío verdaderamente extremas.

En función del punto en el que suceda el calentamiento súbito estratosférico, quedará afectada una u otra área del hemisferio norte.

¿Cuándo podría suceder?

Los modelos de previsión meteorológica ofrecen datos interesantes para finales de año. Sin embargo, a más de 300 horas no son fiables. Solo apuntan tendencias y las primeras nos hablan de un inicio de las fiestas navideñas sin nevadas pero con ganas de animarse para dar la bienvenida a 2019 a los Reyes Magos.

Aún quedan dos semanas para confirmar esta previsión, pero sí los modelos apuntan movimiento, tarde o temprano llegará como sucedió en 2017.