Se trata de una moción, consecuencia de la interpelación que esta semana se debatió en el Senado, y en la que el socialista Ander Gil reclama que, frente a la contribución del 1,4 por ciento destinado en 2012, y el 6 por ciento en 2008, se establezca un porcentaje intermedio en torno al 3 por ciento, que tenga en cuenta la actual conyuntura económica del país, y la política de austeridad pero que, simultáneamente, sea suficiente para mantener la actividad mínima de las empresas del sector españolas y se eviten así "daños irreversibles en la competitividad del país".
Mientras tanto, pide que se potencie la presencia española en proyectos estratégicos de la ESA, como el Telescopio Gigante E-ELT, "que será el mayor del mundo", y al que España debe aportar 40 millones de euros en diez años (2012-2020) para incorporarse a este programa ya suscrito por casi todos los países miembros del Observatorio Europeo Austral, entre los que se encuentra España.
Igualmente, solicita al Gobierno que reoriente el objetivo del 2 por ciento del PIB de inversión en I+D+i para 2020, contenido en el Plan Nacional de Reformas remitido a Bruselas, para volver al objetivo anterior del 3 por ciento, como "única forma de asegurar la implantación efectiva de las nuevas tecnologías en la economía española y el conjunto de la sociedad".
Con el fin de asegurar disponibilidad presupuestaria para la I+D, el PSOE quiere que el Ejecutivo defienda en el seno de la UE que sea descontado del cómputo con el que se calcula el déficit público, el gasto público destinado a inversión productiva, a I+D+i y a educación en países como España que, a su juicio, necesitan incentivar el crecimiento de su economía y cerrar su brecha tecnológica y de empleo.