El 92 por ciento de la nueva alianza estará controlado por China Electronics, conocida también como CEC, que proporciona equipos a las fuerzas armadas de China. La asociación permitirá establecer una planta de LCD con una producción masiva de pantallas para televisores, ordenadores portátiles y 'tablets' como objetivo a partir de 2015.
La licencia de la tecnología IGZO, o pantalla de óxido de indio galio zinc, cae en una estrategia de Sharp para apalancar su tecnología y fortalecer sus finanzas en momentos de estrechez.
Sharp -uno de los principales proveedores de las pantallas para Apple- firmó el pasado mes de septiembre un acuerdo con Qualcomm, vendiendo a la compañía estadounidense participaciones por 120 millones de dólares (92 millones de euros) y acordando desarrollar pantallas nuevas basadas en tecnologías IGZO.
Las pantallas IGZO consumen sólo un décimo de la energía usada por los LCD convencionales, con resoluciones altas y menor tiempo de reacción. Si bien el acuerdo para prestar la tecnología a una compañía estatal china con lazos militares podría causar inquietudes, Sharp no es dueña exclusiva de la tecnología, puesto que es sólo la primera compañía en comercializarla.
El acuerdo, una versión revisada de un pacto con CEC en 2009, podría en cambio representar un paso atrás para la compañía china en su intento de obtener acceso a técnicas de fabricación de LCD más avanzadas de décima generación. CEC planea construir una planta de generación 8.5.
Sharp es el único fabricante de pantallas del mundo en haber construido una fábrica de décima generación capaz de fabricar cristal líquido intercalado en láminas de vidrio ultradelgadas que miden 3,13 metros de largo por 2,88 metros de ancho. Las láminas de generación 8,5, más pequeñas, miden 2,2 metros por 2,5 metros.