¿Cómo cancelar una línea telefónica cuando fallece el titular?

Tras la muerte de un ser querido siempre hay un periodo de luto, pero además de ese tiempo necesario para procesar nuestras emociones, también hay muchos trámites que es necesario hacer tras su muerte. Algunos de ellos son más sencillos que otros, pero todos son necesarios y no conviene posponerlos demasiado tiempo, de hecho algunos es imprescindible hacerlos en unos plazos determinados. Esto no sucede a la hora de cancelar la línea telefónica del fallecido, pero hay otros requisitos y pasos que hay que dar. 

Cómo cancelar una línea telefónica tras el fallecimiento del titular

Para cancelar una línea de teléfono tras la muerte del titular es necesario cumplir con una serie de requisitos, que pueden ser diferentes en función de la empresa con la que se tenga contratado el servicio. No obstante, aunque cada compañía de telecomunicaciones es diferente, hay algunas normas que se cumplen en todas ellas y que conviene tener en mente antes de afrontar la aventura que puede suponer cancelar la línea. 

En general, suele ser necesario presentar la identificación del solicitante de la baja y del titular, porque en este caso es evidente que no serán la misma persona. También es probable que necesitemos el acta de defunción del titular de la línea, la contraseña o PIN del teléfono y el número de cuenta al que está vinculada la línea telefónica. Es importante recabar toda esta información (o el máximo que sea posible) para evitar problemas con la compañía. 

Habitualmente esta gestión la hace un familiar cercano al fallecido, pero si ninguno estuviera disponible o no existieran, también puede hacerlo un representante legal o una persona que esté en posesión de una autorización notarial para efectuar estos trámites.

Así, el primer paso es ponerse en contacto con la compañía que corresponda, notificando en esa llamada el fallecimiento del titular de la línea. Es habitual que este tipo de servicios sean ofrecidos por un departamento especial, por lo que ellos también se encargarán de darnos toda la información que sea necesaria para proceder a la cancelación. 

Tras la notificación del fallecimiento, procederemos a hacerles llegar toda la información que hemos reunido y que ya hemos seleccionado antes. Lo habitual es que nos proporcionen ellos el contacto o la manera para hacérselo llegar (habitualmente un correo electrónico o un correo postal). Una vez que la compañía haya verificado la documentación, tendrá que cancelar el servicio, algo que tendremos que comprobar que, efectivamente, sucede. 

En estos casos lo más habitual es tener que devolver algún tipo de equipo, como puede ser el router, esto evitará que haya cargos adicionales en el futuro. Si el fallecido tenía otros servicios contratados, es importante notificar todos ellos para proceder a la cancelación total del contrato, evitando sobrecargos o tener que seguir pagando por un servicio del que ya no se disfruta. 

Si tras haber solicitado la cancelación, la compañía telefónica continúa cobrando por los servicios, es necesario volver a ponerse en contacto con la empresa, para asegurarnos de que no ha habido algún problema, por ello es importante guardar copias de todo el proceso, los mails y recibos de la documentación aportada, así como los comprobantes de la cancelación. Así se puede poner una reclamación si no se ha suspendido el servicio y el cobro del mismo.