La brasileña Ana María Pacheco expone en Londres sus visiones interiores

EFE 05/03/2009 11:20

"Vengo de un país colonial con una mezcla de culturas que forman una sopa espesa", explica Pacheco, que expone actualmente sus esculturas en madera y sus pinturas en la galería Osborne Samuel, de Londres, a pocos metros de donde exhibe su última obra sobre el mundo del circo otro latinoamericano: Fernando Botero.

Pero a diferencia del artista colombiano, que dice sentirse más pintor que escultor, Pacheco se declara por encima de todo escultura: "La escultura es lo mío", explica a EFE.

La artista brasileña llegó al color a través de sus esculturas policromadas como las de los imagineros del barroco español y portugués, importado al Nuevo Mundo por la Iglesia.

"Quise saber más del color, y así empecé a pintar. La pintura me permitió al mismo tiempo profundizar en la exploración de las imágenes", señala Pacheco, cuya obra tiene un fuerte elemento narrativo y aun teatral.

Pacheco llegó al Reino Unido en 1973, becada por el British Council para estudiar en la Slade School of Fine Art, de Londres, y desde entonces ha hecho aquí una gran carrera tanto artística como académica: es artista asociada de la National Gallery y doctora honoris causa de dos universidades.

Pero afirma sentirse profundamente brasileña y recuerda, en conversación con EFE, su nacimiento en Goiâna, en el Brasil profundo, una región que había conservado mucho del siglo XVIII.

"De niña estuve continuamente expuesta a las imágenes de las iglesias, pero al mismo tiempo también a la influencia de las tribus indias, que subsistían allí a diferencia de las costas", explica la artista.

"Los indios tienen una relación mítica con el mundo y algo parecido ocurre con los africanos descendientes de esclavos traídos al Brasil por los colonizadores", agrega Pacheco, que se dice fascinada por el carácter circular de muchos mitos.

"En medio de ese mundo nací yo", recuerda, y agrega que ella misma recibió gracias a sus padres "una educación maravillosa": "Todos estudiábamos música en casa y leíamos mucho".

Tras su llegada al Reino Unido, el vivir en otra cultura y tener que expresarse en otra lengua, la expuso a nuevas experiencias y enriqueció su percepción del mundo.

Las esculturas y pinturas que presenta en Londres y otras que ha exhibido en otras ciudades como Oxford, Oslo, Rio de Janeiro o Nueva York, reflejan múltiples influencias que van desde el barroco brasileño de su compatriota O Alijadinho (Antônio Francisco Lisboa) hasta la fotografía de Robert Mapplethorpe, pasando por Goya, los simbolistas como Odilon Redon o el visionario inglés William Blake.

Su actitud hacia la colonización europea es ambivalente: por un lado habla de "memoria robada", título de una de sus obras escultóricas más impactantes, consistente en una especie de altar con anaqueles en los que descansan cabezas con gestos de gran sufrimiento y frente a los cuales la artista ha colocado un corazón atravesado por varias dagas.

Pero también, según reconoce, gracias a esa misma colonización, ella ha podido leer a Homero, a Dante o a Cervantes, e inspirarse para muchas de sus obras en otras mitologías como la griega que la fascinan y alimentan su obra con sus particulares visiones del inframundo.

En la segunda versión de "Memoria Robada", más tranquilizadora, que se expone en la galería londinense, las cabezas dan una mayor impresión de serenidad y el corazón ha sido sustituido además por una gran concha, símbolo de la fertilidad.

Trabajadora incansable, Pacheco prepara ya su próxima obra, que expondrá en la misma galería el año que viene: relieves policromados en bronce, alabastro y madera, que tratarán, explica, del viaje- uno de sus temas favoritos desde la Odisea y la Eneida-, los jardines encantados" y la compasión, sin la cual, dice, "no podremos sobrevivir".

Joaquín Rábago