Danny Boyle recrea un drama íntimo dos años después del éxito de "Slumdog Millionaire"

AGENCIA EFE 12/09/2010 18:46

Boyle, que saltó a la fama mundial en 1996 con su segundo largometraje, "Trainspotting", ha elegido esta vez una historia real, la del montañero estadounidense Aron Ralston, quien en 2003 se vio obligado a amputarse parte de su brazo derecho cuando sufrió un accidente en las montañas de Utah.

Ralston, interpretado en la película de Boyle por James Franco, tiene que decidir entre salvar su vida o perder su brazo cuando una roca le aplasta la parte inferior de su extremidad derecha y se encuentra sin posibilidad de ser socorrido.

La desgracia de Ralston sirve para que Boyle reflexione, mediante la poderosa interpretación de Franco, sobre la motivación que puede llevar a que una persona en una situación desesperada ejecute decisiones drásticas para sobrevivir.

El estreno del filme de Boyle en la XXXV edición del Festival de Toronto estuvo precedida el sábado por su propio instante claustrofóbico, cuando centenares de periodistas internacionales y representantes del sector tuvieron que esperar dos horas para poder ver el filme.

Un problema técnico con otro de los más de 300 filmes que se proyectan en Toronto obligó a cambiar el cine en el que "127 Hours" iba a ser mostrado a los profesionales del mundo del cine, lo que provocó más de un momento de tensión y una disculpa del propio director británico.

Para aplacar los ánimos, Boyle hizo acto de presencia en el cine y bromeó ante los periodistas, a quienes dijo: "No estoy intentando crear un momento dramático".

Hoy Boyle declaró durante una rueda de prensa que tras el éxito que alcanzó "Slumdog Millionaire" en el 2008 en TIFF, donde fue elegida por el público como la mejor película del festival, y como su pase en Toronto, le abrió una puertas que le condujeron a ser el gran ganador de los premios Óscar unos pocos meses después.

"Creo que todos nos sentimos muy orgullosos de volver aquí por lo que nos pasó la última vez. Se sentía una cierta obligación absoluta y nos dimos prisa para estar listos, determinados en intentar traer '127 Hours' y estar aquí", dijo Boyle.

El director también se refirió al problema de la proyección a la prensa.

"Es un problema menor, realmente. Simplemente esperas que no arruine el disfrute de la película o la agenda del público", añadió.

También hoy es el día del estreno del filme argentino, en coproducción con Italia, "La llamada", en la que Stefano Pasetto narra la huida de dos mujeres, de distintas generaciones e intereses pero que a pesar de sus diferencias son capaces de crear un férreo vínculo que las une.

Quien hoy respiraba más tranquilo en Toronto era el director catalán Guillem Morales y la actriz Belén Rueda tras el estreno en la noche del sábado de "Los ojos de Julia", el último "thriller" que sale de la factoría de Guillermo del Toro.

En declaraciones a Efe, Morales confesó que no se relajó "hasta que aparecieron los títulos de crédito".

"Ahora ya estoy tranquilo. Y muy contento", dijo.

Por su parte, Belén Rueda señaló que tras ver ayer por primera vez la película totalmente terminada, durante su pase con público en Toronto, estaba muy satisfecha con el filme, especialmente el final que, precisó, le gustó "muchísimo".

Rueda dijo que durante la proyección descubrió cosas sobre el filme de las que no se había percatado cuando se rodó y que desde un primer momento le atrajo el guión, escrito en tándem por Morales y Oriol Paulo.

"Los ojos de Julia" relata la progresiva ceguera que sufre Julia (Belén Rueda) y la carrera contrarreloj en la que se ve sumida para intentar descubrir al asesino de su hermana gemela, Sara, quien también padecía la misma enfermedad degenerativa que le provocó la pérdida total de visión.

Rueda explicó que fue precisamente el papel de Sara, que sólo tiene dos secuencias en el filme, el que más le costó interpretar y que tras rodar la última de las dos secuencias se desmayó ante la presión que había sentido por el personaje.