"Los Incorpóreos", una trilogía de espectros, amor y terror de Ana Ripoll

AGENCIA EFE 16/11/2010 14:16

"El mundo de las sombras" es la primera parte de la trilogía firmada por Ana Ripoll (Madrid, 1971), una periodista reconvertida en publicista que debuta con Siruela en el mercado editorial.

Misterio, fenómenos inexplicables y una historia de amor que transciende los límites de lo terrenal componen los ingredientes básicos de está historia que transcurre en Nueva York, Praga y, sobre todo, en Madrid.

"He buscado una historia de terror, de amor, de fantasmas y espectros, pero aquí, en Madrid, en el bar de abajo o en el mercado de San Miguel; lugares muy reconocibles, muy cotidianos", explica hoy Ripoll a Efe, en su primera entrevista como escritora.

Amante de la literatura fantástica, Ripoll está convencida de que "de todas las emociones de las que se puede escribir, la más difícil de desarrollar en un libro es el terror. Es la más compleja".

En ese arte, el maestro, "aunque resulte manido", para ella es Stephen King, de quien admira "la capacidad que tiene de involucrar cotidianidad en sus historias de terror".

Lo cotidiano emana también en "El Mundo de las sombras", protagonizado por Perséfone, una joven diseñadora gráfica que vive en Madrid con dos amigas, y Gabriel, un atractivo y enigmático joven al que conoce en Nueva York y al que reencontrará al volver a casa.

Entre los dos surge el amor y, hasta ahí, nada de extraordinario, pero el problema es que Gabriel no pertenece a este mundo. Es un "incorpóreo", un "espectro" o un "fantasma", que tiene la facultad de vivir a ambos lados "del espejo", y como él, hay otro centenar.

Perséfone, como la de la mitología griega raptada por Hades (el dios del inframundo), por su parte es mortal, pero es "única", un ser "híbrido", y tiene la capacidad de pasar al otro lado por una facultad que Ripoll desvelará en la segunda parte de la trilogía, cuya publicación está prevista para dentro de un año.

Pero a diferencia del personaje mitológico, la Perséfone de Ripoll "es la que rescata y no la que es rescatada". "Es una mujer -dice- como la gran mayoría de mujeres de nuestra generación: independiente y activa".

Aunque educada en un colegio de monjas, Ripoll ha huido de toda referencia religiosa en su trama para "no molestar a nadie".

Reconoce que le "preocupa" la muerte, pero dice que "no de forma obsesiva", aunque tiene "conciencia de lo instantáneo del momento", y también le llama la atención el pavor de la sociedad occidental ante el "envejecimiento".

"Veloz", la trama de "Los Incorpóreos" transcurre en apenas un año. Ripoll trabaja ahora en la escritura de la segunda parte, aunque el esqueleto de la trilogía, con todos sus personaje, historias y capítulos, lo tiene terminado. Hasta sabe cómo termina.

La primera parte la escribió en siete meses, de mayo a diciembre de 2009. La idea de escribir una novela con personajes que fueran espectros o fantasmas le rondaba por la cabeza, pero fue durante un viaje a Nueva York cuando brotó la historia y "el resto vino sola, enseguida". Y la escribió "por las noches", tras acostar a sus dos hijas, "los fines de semana y las fiestas de guardar".

Ripoll, que se define como "cuentista, en el sentido positivo de la palabra", ha tenido siempre en la literatura su "habitación secreta donde escribir lo que quisiera sin normas". De pronto, añade, ese jardín interior "empezado a ser algo más público" y, confiesa, le produce "vértigo".

Pero la ilusión de que esta apuesta que Siruela ha hecho por ella le permita dedicarse a escribir a tiempo completo le ilumina los ojos. "Lo que más me gustaría sería comprar mi tiempo (...) Ahora tengo que compaginar tres vidas distintas: la de currita, la de madre y la de escritora, y el día sólo tiene 24 horas".