ORGULLOSO DE CUMPLIR AÑOS
Al contrario que muchos, el cumplir años es para él un orgullo más que un suplicio. Ya no es una joven promesa del toreo, sino un hombre respetable que no deja de ser "interesante" según sus propias palabras.
El cumpleaños lo celebrará con su familia, pero un día antes de la fecha señalada, ya que tiene aún el compromiso cinematográfico con Santiago Segura. El extorero tendrá que terminar de rodar la última entrega de Torrente el día de su 40 cumpleaños.
SU VIDA EN PEQUEÑOS MATICES
Al hablar de su pasado como torero, Jesulín recuerda orgulloso su trayectoria, aunque bien es verdad que su profesión le ha exigido mucho sacrificio, ya que en su juventud, en lugar de disfrutar con los amigos ha tenido que dedicarse por entero a los ruedos.
Aunque el toreo ha sido su vida, ahora las prioridades son otras: su familia y él mismo. Considerándose una persona conformista, Jesulín disfruta más que nunca de su nueva vida fuera de los ruedos.
Ha cometido errores, pero ha sabido rectificar y seguir hacia adelante:
"Creo que las cosas que me han pasado es porque estaban escritas en mi destino. Soy una persona que siempre piensa en positivo".
No se arrepiente de nada, y aunque no es una persona rencorosa, como dice el refrán "perdona pero no olvida". ¿Tendrá esta frase hecha una dedicatoria especial para la "princesa del pueblo"?
BELÉN ESTEBAN NO LE QUITA EL SUEÑO
Al hablar directamente sobre su expareja, Belén Esteban, el extorero hace referencia a la conocida colaboradora de televisión como parte de su pasado, pero que para nada es relevante en su vida diaria.
Ante la pregunta de si no le gustaría que Belén Esteban lo olvidara de una vez, Jesulín contesta que no se pida nada que no va a pasar, ya que según él: "Jesulín es muy difícil de olvidar, tanto para lo bueno como para lo malo". Afirmando que en absoluto ha leído el libro superventas de Belén Esteban, afirma que lo que ella diga sobre él es algo que no le quita el sueño.
Jesulín nació torero y morirá como torero: no se plantea dedicarse al mundo del cine, por mucho que le esté gustando la experiencia. Si uno de sus hijos le dijera que quiere continuar con la tradición, le daría un disgusto y a la vez una alegría, ya que su vida en los ruedos le ha dado muchas ilusiones, pero también le ha supuesto muchos sacrificios. Una de las cosas que destaca, es que al dejar las plazas de toros, muchos de los considerados amigos desaparecieron mientras se desvestía del traje de luces.
El extorero está orgulloso de todo lo recorrido, e ilusionado por todo lo que aún le queda por vivir.