Manel Álvarez lleva a Jerusalén una serie escultórica inspirada en la Biblia

AGENCIA EFE 06/04/2011 21:08

La muestra, que lleva por título "Inspirado" y permanecerá abierta al público hasta el próximo 31 de octubre, es la primera de arte contemporáneo que acoge este museo, especializado en arqueología, en casi una década.

"Mi primera reacción a la propuesta de exponerlas aquí fue 'somos un museo de antigüedades', pero vi una pieza y descubrí una conexión, una inspiración... De ahí el título de la muestra", explicó hoy la directora del museo, Amanda Weiss, en la presentación.

La adoración del becerro de oro, la destrucción de la Torre de Babel o el abandono de Moisés en un cesto en el Río Nilo son algunos de los relatos bíblicos que Álvarez (Barcelona, 1945) ha plasmado en materiales como mármol, hierro, bronce y madera.

El resultado: unas cincuenta piezas (de las que sólo se exponen en Jerusalén un tercio por motivos de espacio) esculpidas en formato grande, como la Torre de Babel de doce metros de altura que custodia la entrada al museo, o pequeño, en el caso de las miniaturas de José y sus hermanos.

"No son representaciones, son inspiraciones", subrayó Doron Polak, comisario de la exposición, antes de alabar la "traducción libre" al lenguaje artístico de las páginas de la Biblia.

Álvarez presenta a pocos metros de distancia dos esculturas similares: la del rey israelita Saúl y la de Josué.

El primero, valeroso guerrero, lleva un escudo en el mismo lugar donde el segundo tiene notas musicales en alusión a la caída de las murallas de Jericó al sonido de los shofarim, instrumento formado por cuernos de carnero, explicó Álvarez a Efe.

Algo similar sucede con las piezas de los árboles de la vida y del conocimiento que poblaban el Paraíso, según el Genésis.

Tienen la misma forma, pero el de la vida está hecho a partir de un tronco vacío, que simboliza la existencia de nuestros antepasados, "pegada a la Naturaleza", mientras que el del conocimiento es de hierro, en representación del avance tecnológico que permite cortar tan duro material.

La elección del Antiguo Testamento como base temática "no es en absoluto una cuestión de fe", sino que parte de la "idea romántica de la Historia Sagrada" que trae de una infancia en la que David y Goliat eran tan "héroes de cuento" como el Capitán Trueno, dijo.

"La Biblia leída es horrible, poco inspiradora, pero hay libros más novelados que dan más inspiración. Cuando captas la idea es más interesante", añadió.

El escultor cuenta como anécdota que pidió a un amigo judío, el conocido publicista Lluís Bassat, algún consejo para no cometer errores y ser "respetuoso" con el texto original. La respuesta fue simple: "Lee la Biblia".

Antes de emplear ocho años en elaborar las piezas, dedicó tres a la investigación, en los que leyó una y otra vez episodios bíblicos, libros divulgativos y religiosos e incluso desempolvó películas de romanos".

Al principio pensó en plasmar episodios del Nuevo Testamento, pero luego decidió limitarse al Antiguo para hacer una serie más "centrada" y "abarcable", que está negociando llevar a continuación a su ciudad natal, Barcelona.

Antonio Pita