Muñoz Molina prepara una nueva novela ambientada en la Guerra Civil

AGENCIA EFE 23/05/2009 11:32

"Es el libro que más he trabajado en mi vida", asegura Muñoz Molina en una entrevista con EFE, en la que habla de "Sefarad", ese "mapa de todos los exilios posibles" que tantas "recompensas" le ha dado como escritor, y en la que afirma que los españoles "deberíamos asumir como demócratas lo que pasó en la Guerra Civil y en la posguerra", una época de la que "prácticamente nadie puede estar muy orgulloso".

"La Guerra Civil no era inevitable. En los meses previos casi nadie con responsabilidad actuó como hubiera debido actuar, porque, si lo hubieran hecho, no se habría producido lo que se produjo", afirma el escritor en su casa de Madrid, rodeado de algunos de los tomos de periódicos y revistas del 36 que está utilizando para su nueva novela.

Se le ve muy ilusionado con lo que tiene entre manos, aunque apenas quiere hablar de ello porque "es muy largo de contar. Tan solo dice que la novela "ocurre entre septiembre de 1935 y octubre de 1936" y que será "muy gorda", más aún que "Sefarad", de 541 páginas.

Tampoco quiere adelantar el título porque "todavía no es seguro", pero sí comenta que es "un proyecto que viene de antiguo", en el que lleva "mucho tiempo" trabajando. En medio se le cruzó "El viento de la luna", la última novela de este escritor, que está considerado uno de los más importantes en lengua española de las últimas décadas.

Publicada en 2001 por Alfaguara y reeditada ahora por Seix Barral, "Sefarad" rescata las vidas de varias víctimas del holocausto nazi y del estalinismo, en un intento de contrarrestar la "gran injusticia" que supone olvidar a quienes "perdieron la humanidad" por decisión de los sistemas totalitarios del siglo XX. Y mezcla esas historias con capítulos de tono más íntimo y autobiográfico.

Margarete Buber-Newman, Willy Münzenberg, Milena Jesenska, Evgenia Ginzburg, Primo Levy y Jean Améry vivieron el infierno. El horror de la muerte de cada uno "fue irrepetible, aunque sucediera entre millones de muertes semejantes. Cómo atreverse a la vana frivolidad de inventar, habiendo tantas vidas que merecieron ser contadas, cada una de ellas una novela", escribe Muñoz Molina en ese deslumbrante ejercicio de memoria que es "Sefarad".

Con su obra traducida a más de veinte lenguas, el escritor (Úbeda, Jaén, 1956) tuvo una excelente acogida con "Sefarad" en países como Estados Unidos, donde en 2007 fue elegida por los críticos una de las mejores novelas de los últimos diez años, y en Francia, donde fue calificada de "obra maestra" en varios diarios.

"Este libro ayudó en cierta medida a poner en la imaginación de los lectores temas tan poco frecuentados en España como el holocausto y, sobre todo, el Gulag, algo de lo que se ha hablado y escrito muy poco", le dice a EFE Muñoz Molina.

Y, aunque "lo que uno ha hecho es muy difícil de juzgar", el escritor está "contento" con "Sefarad". Con motivo de la reedición, sintió "la tentación de cambiar algunas cosas", pero no lo hizo, salvo pequeños detalles. "La manera de corregir un libro es escribir otro", asegura.

La necesidad de no olvidar las atrocidades que se cometieron en el siglo XX lleva al autor de "El jinete polaco" o "El invierno en Lisboa" a referirse a la Guerra Civil Española y a la memoria histórica, y a afirmar que quienes "se inventan ahora eso de que en España nunca se había hablado de la guerra y de la posguerra hasta que a Zapatero y unos cuantos de su círculo se les ocurrió, son personas que no leen libros en general".

"Hay una memoria muy amplia y muy rica, y si ha habido olvidos no ha sido por culpa del franquismo. Ha sido porque la democracia no ha tenido interés durante mucho tiempo en querer saber", asegura.

"Cuando pasa el tiempo, lo que ocurre es que es mucho más fácil manipular, porque quedan menos testigos de todo aquello", añade Muñoz Molina, quien recomienda acudir a "los historiadores serios, y no a los falsificadores", para conocer lo que sucedió en el siglo XX. En España y en el resto del mundo.

Ana Mendoza