Música hecha con ondas cerebrales y bailes de espejos para abrir el Sónar de día

EUROPA PRESS 14/06/2012 18:44

El festival ha arranacado con fuerza esta mañana en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) y en el Museu d'Art Contemporani de Barcelona (Macba), con un público mayoritariamente extranjero que ha disfrutado sin agobios de conciertos como el de Daedelus Archimedes en el Sónar Hall, tradicionalmente uno de los espacios más concurridos.

Uno de los directores del Sónar, Sergi Caballero, daba los últimos retoques a primera hora de la tarde a la compleja maquinaria del músico estadounidense: un mecanismo de 24 espejos, luces y proyecciones en movimiento que han dado vida a una propuesta experimental que va más allá de la electrónica.

Algo más íntima ha sido la actuación de Masaki Batoh en el Sónar Complex --La Capella del Macba--, un espacio gótico que se ha convertido por un tiempo en un laboratorio, cuando el artista japonés ha colocado un elaborado casco repleto de cables a Diana, una voluntaria que ha prestado el ritmo de su cerebro para crear música.

Batoh ha avisado al público de que lo que iban a ver no era fácil: "No es magia negra, no es agradable y no hay melodía, pero ésta es la música que nunca antes habéis oído", ha dicho, y acto seguido ha invitado a los asistentes a cerrar los ojos y dejar volar su imaginación.

Las ondas cerebrales de Diana, junto con los peculiares instrumentos de Batoh, han centrado buena parte de la atención, aunque la fiesta se ha concentrado en el Sónar Village, el escenario de la plaza Joan Corominas, convertida en pista de baile y solarium improvisado.

Por allí han pasado Kutmah y Thundercat, a falta de las actuaciones más tardías de Flying Lotus y Totally Enormous Exticnt Dinosaurs, que compartirán protagonismo con los canadienses Trust, When saints go machine y el grupo Mostly Robot, una banda creada por obra y gracia de la marca Native Instruments para promocionar las bondades de sus productos.

Como cada año, el Sónar se ha convertido también en pasarela de moda y escenario predilecto de los 'trendsetters', que para 2012 reclaman la vigencia de las camisas hawaianas cuajadas de palmeras y otros estampados imposibles, barbas de ermitaño para ellos --cuanto más pobladas mejor-- y uñas multicolores para ellas.