Sfar dice que "la provocación que fue Gainsbourg sólo es comparable hoy a Lady Gaga"

AGENCIA EFE 04/07/2010 10:58

"Gainsbourg (Vie heroique)" es un biopic (biografía cinematográfica) que encara con humor la vida de uno de los símbolos de Francia, el pianista, cantante, pintor y poeta, conocido en el resto del mundo por su canción "Je t'aime moi non plus" y por su relación con Brigitte Bardot.

Esta película es el debut cinematográfico de Joann Sfar (Niza, 1971), un apasionado dibujante de cómics, reconocido en medio mundo y aclamado en su Francia natal por sus creaciones "Vampir", "Gran Vampir" o "El gato del Rabino", que ahora prepara para transformar en cinta de animación en 3D.

Hoy es también un director de cine innovador, sensible y divertido que obliga a convivir durante las casi dos horas y diez minutos que dura "Gainsbourg" al protagonista absoluto -Eric Elmosnino- con una réplica de sí mismo, nariguda -más que el propio Gainsbourg-, de largas manos huesudas y orejas enormes, cuya misión es influir en las decisiones del artista.

"No quería hacer un biopic -explica el director en una entrevista con EFE-, sino un musical que contara su modo de vivir, de hablar, no su éxito; por eso sólo he usado sus recuerdos, no lo que otros han dicho de él, aunque a veces esté borracho y otras diga un montón de mentiras".

"Gainsbourg" cuenta la historia de Serge (Lucien) Gainsburg desde las primeras clases de piano que le dio su padre -un músico judío ruso-francés- en plena invasión nazi, a sus primeros pasos como pintor y hasta sus últimos meses de vida, salpicada de escándalos, provocación, mujeres hermosas e intelectuales rebeldes, entre poemas de Baudelaire y cuentos de Boris Vian.

El director, que contesta en castellano porque tiene una abuela judía sefardí, un primo cubano y "muchos amigos" en España, sabe que Gainsbourg es un símbolo, "y no solo -subraya- de Francia: es un macho, un donjuán frágil que no cambia; siempre es como un niño de diez años mientras todo crece a su alrededor".

"Es el mito del seductor tragicómico, a veces ridículo, a veces, feo, y otras muy elegante: un tipo de hombre que hoy no existe. Por eso -dice- me apasiona su relación con Brigitte Bardot, porque sólo fueron tres meses, pero ella era otro símbolo de Francia, un ideal de poder, un exceso: 'estoy follando con Francia'".

"La pregunta -reflexiona Sfar- es saber si Europa es capaz de producir un símbolo tan fuerte como lo fue Gainsbourg: una persona fea, que no se ama, que intenta ser famosa en todo el mundo".

Esa provocación hoy se llama Lady Gaga, afirma Sfar, pero no ve claro que Europa sea capaz de crear "algo así".

"No se por qué no podemos tener un lenguaje universal, quizá porque somos pretenciosos, o porque recordamos que fuimos grandes en la época del Cid".

En su opinión, el problema es que Europa no tiene políticas que promuevan un símbolo cultural europeo; además, no hay dinero y necesita contar con ayuda exterior, "o eso, o trabajar juntos", augura.

A pesar de la disoluta vida del artista, la cinta es un cuento en el que el sexo está presente, como lo están sus excesos con el tabaco o el alcohol, sin estridencias; de hecho, comenta Sfar, su hija Charlotte, fruto de su relación con Jane Birkin, ha aceptado la película "porque la entiende como un homenaje".

Pero ni ella ni su madre han podido verla terminada "porque -puntualiza- les resulta doloroso".

"La que está encantada es Bardot -comenta Sfar-, porque le chifla Laetitia Casta", quien compone una magnífica recreación de la diva francesa.

El director destaca también el maquillaje de los catalanes DDT, cuyo trabajo ha dado a Elmosnino un parecido a Gainsbourg impresionante.

"Vengo del universo del cómic, y mis historias se venden muy bien en EEUU: me gustaría hacer un cine que funcionara igual, del estilo de Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón o Tim Burton", concluye.

La película se estrena el viernes 9 de julio en España y tendrá distribución en 30 países, entre ellos, Argentina, México y Brasil; en Francia la han visto más de un millón de personas.