El Teatre Lliure inaugura con una abstracción coreográfica sobre el mundo de los toros

AGENCIA EFE 14/09/2010 17:00

Con vestuario de Frederic Amat y música original de Carles Santos interpretada en directo por la Banda Municipal de Barcelona, la coreografía está inspirada en la personalidad del torero sevillano Juan Belmonte (1892-1962), un hombre sin formación que compartió generación y vida cultural con Ortega y Gasset y Valle Inclán.

Con la reposición de "Belmonte", Gelabert y Azzopardi vuelven a bailar esta pieza emblemática estrenada en 1988.

Escenifican una lucha entre el instinto y la razón, entre la vida y la muerte inspirada en la personalidad de ese torero en un momento complicado para el toreo en Cataluña después de que el Parlament ha prohibido las corridas de toros a partir de 2012.

Gelabert ha explicado que la vuelta de la pieza al escenario este año obedece a una propuesta del director artístico del teatro, Àlex Rigola, que ha coincidido con ese debate. Para el coreógrafo, "el mundo de los toros es una herencia cultural muy rica que desde el punto de vista coreográfico es emblemática, ligada a muchas cosas del Mediterráneo",

Medalla de Oro a las Artes Escénicas, Premio Nacional de Danza del ministerio de Cultura y Premio Nacional de Danza de la Generalitat de Catalunya, entre otros, Gelabert ha dicho que "ha dejado de ir a las corridas de toros por respeto a la vida de los animales y no sólo de los toros".

Frederic Amat ha considerado que "el arte no ha de ser políticamente correcto" y que la de decisión "tiene que ser libre pero si entramos en ello, deberían prohibirse muchos políticos que hacen política incorrecta".

Ambos han insistido en que "Belmonte" no es una transcripción realista del mundo de los toros sino una abstracción.

Si la tauromaquia convoca al mundo de la tierra, ha dicho Amat autor de la escenografía y vestuario, en Belmonte "hay una especie de subversión interpretada en forma de cementerio marino, un espacio que se da la vuelta y se convierte en gran capa de torero"

Estrenado el 18 de noviembre de 1988 en el Mercat de les Flors, es una abstracción en términos coreográficos, musicales y plásticos del mundo de los toros y utiliza la extraordinaria personalidad de Juan Belmonte como secreta fuerza de inspiración.

En el pasodoble de la coreografía baila también Toni Jordar, uno de los antiguos colaboradores de la compañía, vestido de toro, con un pantalón de mejillones que contrasta con el traje de luces de Gelabert, en el que las luces son conchas marinas.

De 70 minutos de duración sin pausa, tiene ocho bailarines en el escenario y se podrá ver hasta el 26 de septiembre en el Teatre Lliure de Montjuïc

Es una obra que, en opinión de Gelabert, reúne sencillez coreográfica, es muy clara, es como un ejercicio casi, tiene partes muy claras y solos del bailarín o de Azzopardi, que representa la mujer, la madre, rodeada de estrellas, con una corrida de toros que surge de la estructura interna de la tauromaquia, y la muerte al final.