Bohórquez tuvo muchas cosas en contra en su primera faena. Por un lado, el hecho de abrir plaza, y por otro la lluvia que cayó insistentemente en ese momento, algo que provocó que la gente anduviera un tanto frío con él, pues el trasteo fue impecable de ejecución y elegante en las formas. Otro hándicap más, mató mal.
Cortó Bohórquez la oreja del cuarto con otra faena de sobriedad y clasicismo. Muy puro en banderillas, ajustado en los embroques y sin concesiones, toreando más para él que para la galería, sin ningún adorno, sin forzar a los caballos Todo muy natural y de verdad. Paseó una oreja de mucho mérito.
Ventura fue un torbellino frente a su primero, al que paró muy bien de salida en el mismo centro del ruedo para posteriormente llevarlo también muy encelado en galopes a dos pistas. Optó el jinete por poner dos rejones de castigo, y aunque el segundo de ellos mermó un poco la codicia del toro, sin embargo, resolvió el luso la situación con extraordinario alarde de doma.
Aunó Ventura la ortodoxia y heterodoxia en banderillas. Más puro en los pares al quiebro, al encuentro y de poder a poder, aunque adornándose mucho en los cites y a las salidas de los embroques; y más expresivo con las cortas, donde se sucedieron las piruetas y guiños al tendido. Mató muy bien, y le dieron las dos orejas.
Siguió en la misma línea Ventura en el quinto, toro que blandeó más de la cuenta, perdiendo hasta tres veces las manos durante la faena. Pese a todo Ventura supo exprimirlo al máximo con sobrada técnica y absoluto dominio de sus cabalgaduras.
No faltó el espectáculo de los mordiscos a lomos de "Morante" en banderillas, pero en su haber destacar que el resto de lo que hizo fue de nota alta. Lo mejor, una rueda de cortas finales muy ajustado y exponiendo una barbaridad. Faena pletórica de Ventura, que tras matar otra vez a la primera paseó otros dos trofeos.
López Bayo entró a última hora en el cartel en sustitución de Pablo Hermoso de Mendoza, responsabilidad grande para este joven rejoneador de la tierra que se notó sobre todo en la primera parte de la faena al tercero. Poco a poco fue cogiendo confianza el jinete para destacar sobremanera en banderillas al quiebro y "al violín". Solventó finalmente bien la papeleta Bayo, que consiguió arrancar un apéndice.
Con el sexto, el más complicado, solventó la situación López Bayo con valor, en una faena al hilo de las tablas frente a un toro que "se rajó" de salida y que le puso en apuros en más de una ocasión con arreones y coladas. Faena de mucho mérito y exposición, que pese a no tener oportuno final en la suerte suprema, le valió la oreja que le puso en la Puerta Grande.