El chileno Dorfman ve en la crisis una oportunidad para "repensar el mundo"

AGENCIA EFE 05/05/2009 15:18

Dorfman, quien nació en Buenos Aires y adoptó la nacionalidad chilena, visita por estos días la capital argentina para presentar en la Feria Internacional del Libro su obra "Americanos, los pasos de Murieta".

En una entrevista con Efe, el poeta y dramaturgo dijo que el libro plantea "algo inédito" en la literatura, como es "narrar California, la incorporación de parte del territorio mexicano (a Estados Unidos) desde el punto de vista latinoamericano".

Dorfman, de 66 años, vivió en Chile hasta el golpe de Estado que dio inicio a la dictadura de Agusto Pinochet (1973-1990), cuando se exilió en Francia y posteriormente en Estados Unidos.

"Hacía muchos años que tenía ganas de escribir una novela histórica, de grandes frescos, enormes mosaicos, muchos personajes, violencia y sexo", explicó antes de señalar que nunca había escrito nada parecido y consideró que "ya era hora de hacerlo, aprovechando uno de los momentos críticos de la historia de las Américas".

Poder presentar su obra a la ciudad en la que nació "es siempre un placer muy grande", porque "me tratan muy bien y me quieren mucho, tal vez porque soy argentino pero a la vez no lo soy", algo que a su juicio es "perfecto", porque se entiende con todas las tendencias literarias y no es parte de las polémicas locales.

Para Dorfman, es "muy importante" que la primera edición de "Americanos, los pasos de Murieta" haya salido precisamente en América Latina, porque "es una obra muy latinoamericana", así como "muy traviesa", algo que confiesa que aprendió de la literatura argentina, "a ser travieso, a hacerle guiños al lector, a volverle cómplice".

"Siempre es un placer venir a una feria literaria, porque para mí es renovar la fe en el libro", manifestó, para luego destacar que le "llena de alegría" la cantidad de niños que visitan la edición número 35 de la muestra.

Acostumbrado a trabajar en diferentes géneros, Dorfman aseguró que "nada de lo literario" le es ajeno. "Me siento muy cómodo en todos los géneros", afirmó, pero reconoció que la novela le da una libertad experimental que no le da ningún otro porque "no estás limitado a nada, puedes hacer lo que te dé la gana".

"Es el género que más me permite explayarme, extenderme con toda la humanidad que tengo", dijo.

El escritor, que tras su paso por Argentina viajará a Chile para continuar con la presentación de la novela, es consciente de una crisis que cree que afecta de manera especial a gente como él, "muy experimental, que no se queda en lo fácil", aunque está convencido de que "si hay ganas y talento las cosas surgen y encuentran un cauce".

Aunque Dorfman ha tenido que postergar la presentación de un par de piezas de teatro y la producción de un filme basado en una de sus obras, consideró que "cuando hay momentos críticos", los artistas suelen "encontrar una manera de sobrevivir con menos".

No obstante, en su opinión "todavía no se ha tomado medida de cuán crítica es la crisis", que a su juicio abre la posibilidad "de un cambio de paradigma respecto a la comprensión de lo global y de cómo funciona el capitalismo" en esta época.

"Después de treinta años de neoliberalismo atroz", es el momento de darse cuenta de que la economía "debería estar construida para crear felicidad y generosidad humana", y aunque el autor no propone "tirar por la ventana todo el progreso", no entiende "todo el sufrimiento que genera".

Sin embargo, se consideró optimista porque cree que "es un momento maravilloso para estar vivo y ser intelectual, para repensar el mundo entre todos".

En este sentido, el escritor comentó que tiene "mucha confianza en (el presidente de Estados Unidos) Barack Obama" porque cree que "es un hombre que escucha, de una suprema inteligencia y con un optimismo pragmático, cuya cualidad fundamental es probablemente la transparencia".

Dorfman agregó que confía en que Obama haga las cosas bien, aunque tiene miedo de que no esté acompañado "de un movimiento suficientemente fuerte" que lo lleve por el buen camino.