Egiptólogos españoles descubren una cámara sepulcral pintada hace 3.500 años

EFE 16/03/2009 14:40

Podría incluso tratarse del primer monumento de estas características en el que usó la decoración, algo que sí se extendió posteriormente entre los nobles de la época, que pintaban las cámaras en las que iban a ser sepultados con textos y dibujos funerarios que les ayudaran a hacer la transición hacia la vida eterna.

José Manuel Galán, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha presentado hoy en Madrid los resultados de la octava campaña de excavaciones, que se lleva a cabo en la necrópolis de Dra Abu el-Naga, en la orilla occidental de Luxor (antigua Tebas).

El objetivo principal del proyecto, patrocinado por la Fundación Caja Madrid, es la excavación y la restauración del monumento funerario de Djehuty, con la intención de abrirlo al público cuando finalicen los trabajos.

Djehuty fue un escriba real, supervisor del Tesoro y supervisor de los trabajos artesanos del rey bajo las órdenes de Hatshepsut, una de las pocas mujeres que ejerció de faraón, en torno al año 1480 antes de Cristo.

Durante la presentación, hoy, de los resultados de la campaña y del material gráfico elaborado en la zona, José Manuel Galán ha destacado el hallazgo en la cámara sepulcral de un retrato de Djehuty y una inscripción con su nombre, y la importancia de éstos, porque su nombre y retratos habían sido borrados en las partes más accesibles del monumento funerario por contemporáneos que actuaron "contra su memoria".

Aquéllas personas, ha explicado el egiptólogo, no descendieron hasta una segunda cámara sepulcral, a la que él se ha referido como "la auténtica", donde estaba enterrado el noble, rodeado de textos y dibujos funerarios, como una golondrina, una flor de loto y un cocodrilo, en los que Djehuty quería convertirse antes de alcanzar la paz eterna.

José Manuel Galán ha calificado de "impresionante" el estado de conservación de la cámara, y ha explicado que hasta ahora sólo se conocían cuatro monumentos contemporáneos similares decorados con textos y dibujos funerarios, pero en todos los casos posteriores al que ha descubierto este equipo.

"Encontrar algo así es más que un sueño", ha dicho Galán, quien ha adelantado que en las próximas campañas la labor se va a centrar en la restauración; "de nada sirve hallar un monumento así, corroborar su relevancia histórica y artística, y abandonarlo; hay que garantizar su restauración y conservación", ha dicho.

Según Galán, el hecho de que Djehuty decidiera decorar su tumba-capilla le sitúa como uno de los personajes más importantes e influyentes del momento y le identifica como uno de los intelectuales más creativos al servicio de la reina Hatshepsut.

A una primera cámara se accede por un pozo funerario de más de ocho metros de profundidad, al fondo del cual se abre el acceso a una sala de 5,50 metros de largo, 3,50 de ancho y 1,60 de altura, que estaba llena de piedra y tierra antes de la última campaña.

Pero lo llamativo de la investigación, ha detallado Galán, ha sido descubrir al fondo de esa cámara el acceso a un segundo pozo, de tres metros de profundidad, que daba paso a una segunda cámara, diseñada como sepulcro de Djehuty.

Los arqueólogos han descubierto allí pendientes de oro que pertenecieron al noble o a los familiares que fueron enterrados junto a él, lo que demostraría además que los hombres importantes de la corte adoptaron la costumbre nubia de adornarse con pendientes, algo que imitarían después los propios faraones.

Además de los dibujos y textos extraídos del "Libro de los Muertos", en el techo de la sala está pintada la diosa del cielo Nut, con los brazos abiertos para abrazar el cuerpo del difunto y darle la bienvenida a una nueva existencia.

Junto a la diosa aparece el capítulo 125 del "Libro de los Muertos", conocido como "la confesión negativa", en los que el difunto enumera cada uno de los pecados que no ha cometido.