Las esculturas narrativas de Juan Muñoz invaden el Reina Sofía

AGENCIA EFE 21/04/2009 05:52

Después de recorrer la Tate Modern de Londres, el museo Serralves de Oporto y el Guggenheim de Bilbao, la muestra ampliada concluye su recorrido en su ciudad natal, Madrid, con un centenar de obras repartidas por el jardín, el claustro, la guardarropía del antiguo hospital y la inmensa terraza que se asoma al jardín del edificio Sabatini.

La muestra, coproducida por la Tate Modern junto con la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior, hace un recorrido por toda la obra del escultor, desde los años ochenta, con sus primeras miniaturas de elementos arquitectónicos, hasta sus últimos trabajos en forma de grandes composiciones, como "Many Times", de 1999, y que ocupa una sala completa del Museo Reina Sofía.

La interacción de las propias esculturas del artista entre sí y también con el espectador es constante, a lo que contribuye el espectacular montaje expositivo desarrollado en el centro de arte.

El director del Museo, Manuel Borja-Villel, elogió la labor creadora de Muñoz en todos los campos, "mirando al pasado sin romper con el presente", y aseguró que aunque su obra no puede considerarse modernista, el artista "no renuncia a la modernidad".

La expresividad de sus esculturas logra un espacio psicológico de "silencios y ausencias" en el cual -aseguró- el espectador se siente atrapado en una relación "de complicidades".

Esa complicidad entre la obra y el visitante se hace especialmente evidente en sus complejas obras integradas por figuras escultóricas que conforman una coreografía, en sus humanoides animados electrónicamente, o en sus famosas series de "escenas de conversación", sus obras más emblemáticas, en las que trabaja a comienzos de los noventa.

La evolución del artista también se refleja en los materiales que utiliza para su obra, en la que se inicia con el papel maché para experimentar después con la resina y, finalmente con el bronce.

Entre las piezas expuestas en el Reina Sofía que no habían sido mostradas hasta ahora al público figura "Sara with mirror" (1986), aunque multitud de personajes como enanos, acróbatas suspendidas en el aire, marionetas, ventrílocuos o bailarinas juegan desde hoy a recorrer las salas expositivas del Reina Sofía.

El grupo escultórico elegido para ocupar la terraza del centro son 21 figuras anónimas de rasgos genéricos cuya parte superior es humana, mientras que la inferior es una pesada base esférica, confeccionadas en resina y arpillera.

Entre las piezas sonoras de la muestra se encuentran "A man in a room gambling", "Building for music", pieza de veinte minutos creada para ser transmitida en una emisora local, y "A drummer inside a rotating box" (2001), una de las últimas obras del artista, fallecido repentinamente a los 48 años durante el verano de ese año en su casa de Ibiza a consecuencia de un aneurisma de esófago.

La comisaria de la muestra en el Reina Sofía, Lynne Cooke, consideró que en su condición de narrador es como Juan Muñoz produjo algunas de sus obras más impactantes.

La viuda del escultor, Cristina Iglesias, se mostró convencida de que Muñoz estaría "contentísimo" de ver esta retrospectiva de su obra en Madrid.

Aunque la exposición ha sido visitada ya por cuatrocientas mil personas a lo largo de todo su recorrido, Cristina Iglesias admitió que, sin embargo, la que acoge el Reina Sofía es "la más completa".

Por su parte, Sheena Wagstaff, comisaria general, aseguró que ésta es una exposición "viva", y se mostró convencida de que cada nueva exhibición de su obra se verá de una forma "fresca y nueva" debido a su carácter renovador.

Mientras tanto, las figuras más humanas y simpáticas del escultor, de rasgos asiáticos y expresiones que apuntan a la carcajada, esperan al visitante en los jardines del edificio Sabatini y disfrutan de este idílico lugar en pleno centro de la ciudad hasta la llegada del próximo mes de agosto.