"Hay partes que recuerdan Las Ramblas de Barcelona y otras Madrid, pero es fundamentalmente Andalucía", continuó Leal, "La Habana es Cádiz y es Sevilla, con ese universo de calles pequeñas, incluso si te acercas mucho hay partes que parecen Triana".
Leal no olvidó asimismo que la arquitectura de las Islas Canarias está "muy presente" en La Habana.
"Todas estas influencias llegan a través del diálogo y se van acentuando con el tiempo; pasan de la conquista a la inmigración", apuntó el experto.
Leal parafraseó al escritor argentino Jorge Luis Borges para señalar que al igual que los latinoamericanos son los españoles nacidos en el exilio, a la arquitectura le sucede algo similar.
"Esto se hace presente sobre todo en Cuba, porque cuando vas a América del Sur o a México hay signos de una historia precedente que ha dejado sus huellas indelebles, pero lo nuestro es un implante que se mestiza y se transforma, bajo un nuevo cielo y sobre una tierra nueva", declaró.
En relación al proyecto que lidera para la restauración del centro de La Habana, Leal destacó que la singularidad de la iniciativa reside en la convicción de que "no es posible desarrollar el tema patrimonial excluyendo lo social, sobre todo en los centros históricos".
Recuperar la memoria, pero también la comunidad que habita los centros históricos mediante la creación de puestos de trabajo, fomentar experiencias de género en las obras y abordar el problema de la discapacidad y de la tercera edad en esos barrios, son elementos centrales del proyecto.
"Esto último nunca había sido un elemento decisivo en las iniciativas de reestructuración y el hecho de incorporar un tema sociológico tan intenso le dio éxito al proyecto", reconoció el experto cubano.
Un proyecto dotado con "una dimensión diferente", lo que permite que se no vea sólo como un "proyecto salvador" para un pedazo de la ciudad, sino como "algo vital y ejemplar" para todos.
Otro elemento que ha contribuido al éxito del proyecto es que "no depende necesariamente de la colaboración entre países y ni de los presupuestos del Estado", ya que el ente encargado de la restauración tiene personalidad jurídica y, aunque auditado por el Estado, no corre riesgo de ser "absorbido" por éste.
En cuanto a la posibilidad de "exportar" su proyecto a otras ciudades, Leal consideró que "es muy difícil", porque "hay que cortar la ropa a la medida", pero, no obstante, subrayó la importancia de su "experiencia" y de la posibilidad de "ser fuente de inspiración" para otras iniciativas.
"Hay que defender las piedras, pero también el idioma; la arqueología, pero también la vivienda; ese diálogo entre lo sublime y lo útil es muy importante, sin que sea excluyente", prosiguió Leal, quien dijo que "hay proyectos que necesitan mucha poesía, mucha capacidad de soñar y mucha fe en la utopía".
No obstante, concluyó que estos proyectos "se pueden convertir en fantasía si no tienen un soporte económico".