La fantasía extravagante de Arcimboldo se despliega en EE.UU. por primera vez

AGENCIA EFE 20/09/2010 00:26

La exposición que se abre hoy reúne dieciséis de sus más representativas pinturas, incluidas la serie conocida como las "Cuatro Estaciones" creada para el emperador Maximiliano II en el siglo XVI cuando la Europa intelectual y aristocrática examinaba con una curiosidad insaciable el exotismo de la naturaleza.

En aquel ambiente, los retratos de Arcimboldo conquistaron el gusto exquisito de la realeza con alegorías enigmáticas que, por ejemplo, se sirven de calabacines para componer una nariz o de un ajo como pendiente de una frutal oreja.

Arcimboldo es "el ejemplo por excelencia de cómo la imaginación de un artista transforma la obra de la naturaleza en una obra de arte", sintetizó a Efe el comisario de la exposición, David Brown.

Revolucionario para su tiempo, pero olvidado durante siglos, sus piezas fueron redescubiertas en la década de 1930 en la exposición "Arte Fantástico, Dadá, Surrealismo" del Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Por aquel entonces, el hervidero de pintores surrealistas de Europa y EEUU se vio sorprendido por creer encontrar en un artista del siglo XVI una semilla de las ideas que estaban transformando el mundo del arte a principios del siglo XX.

Los surrealistas "creían que sus obras (las de Arcimboldo) eran el producto de sueños y el inconsciente. Hoy tenemos un mayor conocimiento sobre ellas. Estaban muy calculadas y eran muy deliberadas. Son parte de la historia de su tiempo", señaló el comisario.

Para explicarlo, la galería estadounidense acompaña sus cuadros con 32 objetos, desde los "retratos grotescos" del pintor Leonardo Da Vinci a manuscritos y libros que muestran el estudio científico y riguroso de la naturaleza.

Según Brown, su arte bebía igualmente de movimientos artísticos como el manierismo, que cuestionaba el equilibrio racionalista y el ideal de belleza del Renacimiento y se dejaban llevar por la ambigüedad y el simbolismo.

Arcimboldo introdujo su elegante fantasía que, según el comisario, conectó con la gente de su época "por las mismas razones" que lo hace con el público de hoy.

"Estas cabezas son misteriosas. Tienen un simbolismo conectado a ellas y al mismo tiempo, como diría un niño, es una gozada mirarlas", dijo el experto.

Además de los bustos que representan cada estación del año mediante elementos naturales como hojas o verduras, la exposición incluye la serie de los "Cuatro Elementos", una personificación de la Tierra, el Aire, el Fuego y el Agua.

Como un puzzle para descifrar metáforas de lo humano y lo divino, alguna de estas piezas revelan detalles directos a la Corona de los Austrias, como las astas en forma de corona en "Tierra", o un mundo marino con rigurosa exactitud en "Agua".

Para completar la faceta más ingeniosa de Arcimboldo, otra serie, la de las pinturas reversibles, muestra cómo, por ejemplo, un aparente plato de sabrosas carnes se convierte en un retrato detallado y grotesco visto en un espejo que el mismo museo provee.

La atención de EEUU por este pintor ha sido una apuesta avalada por el director de galería de Washington, Earl Powell, quien en la presentación de la exposición, junto al embajador italiano en EEUU, Giulio Terzi, apuntó que es tan difícil recordar su nombre como olvidar sus enigmáticas composiciones.

Además de traer obras de museos como el parisino Louvre o el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, la institución artística estadounidense aprovechó para adquirir "Cuatro estaciones en una cabeza" de 1590.