El desnudo nebuloso de la fotógrafa Violeta Bubelyte recala en el Museo del Romanticismo

EUROPA PRESS 04/06/2013 13:37

Según ha explicado este martes el comisario de esta exposición, Gintaras Cesonis, durante la presentación, Bubelyte es una de las fotógrafas lituanas más destacadas de su generación y la primera en retratarse desnuda en los años 80, una época en la que la represión soviética en su país afectaba a la práctica artística.

De hecho, cuando esta artista reunió sus trabajos en una exposición en 1989 saltó la polémica y sus creaciones fueron tachadas de inmorales por los críticos de aquella época.

Sin embargo, a diferencia de otras artistas de su generación, ella nunca reclamó con sus creaciones la emancipación femenina ni tampoco reflexionó acerca de la sexualidad. Más allá de la frivolidad, Bubelyte se concentra en elementos formales como la luz y la composición, su cuerpo es asexuado y las imágenes funcionan como un diálogo con uno mismo, tanto para la autora como para el espectador.

"Lo que quería decir con mis fotos es que la mujer no es solo un cuerpo, es una persona con un mundo interno", ha explicado la artista, quien llegó a este proyecto casi "por casualidad".

En un principio ella estaba interesada en la fotografía de desnudos, pero no logró encontrar al modelo perfecto que le pudiera servir. "No sabía explicar qué era lo que quería ver en las fotos", indica.

Finalmente, una amiga se prestó a colaborar en este proyecto como persona fotografiada, pero "pronto perdió la paciencia y se fue". "Yo me quedé con ganas y pensé: no soy peor modelo que mis amigas", recuerda la artista lituana.

Este remedio se convirtió pronto en la mejor manera de conseguir su objetivo, ya que de esa forma no perdía "tiempo" en explicar a otra persona sus intenciones y podía "expresar mejor lo que quería, desde el alma y desde el cerebro".

RENOVACIÓN DEL ESPÍRITU ROMÁNTICO

Para muchos, su ejercicio visual es una relectura del espíritu romántico, algo que se observa en sus atmósferas, la soledad y el dolor que emanan de sus imágenes, e incluso en la transgresión de la artista.

En sus autoretratos flota un espíritu del yo que no busca la belleza y que registra el paso del tiempo, y al que a veces acompaña una presencia nebulosa casi espectral y misteriosa que la artista consigue gracias a la larga exposición: entre seis y ocho segundos.

Bubelyte cree que ha de "madurar y continuar" la investigación del autoretrato y confiesa que se siente en un "periodo de adolescencia", ya que sigue buscando la manera de evolucionar en este concepto.