Francis Alÿs reúne 300 imágenes de santa Fabiola compradas en mercadillos

AGENCIA EFE 05/05/2009 14:20

Se trata en todos los casos del mismo perfil, siempre cubierto por un velo de diferentes variaciones de rojo carmesí, salvo alguna excepción en verde, sobre un fondo oscuro, que cubren de arriba abajo las paredes de dos salas de la Galería Nacional del Retrato, donde se podrán ver hasta el 27 de septiembre.

Fabiola fue una dama romana, seguidora de San Jerónimo, quien, a su muerte en el año 339, escribió una carta elogiando sus virtudes.

Nacida en el seno de una familia patricia, estuvo casada dos veces: del primer marido se divorció según el derecho romano, pero en contra de lo establecido por la Iglesia.

A la muerte del primer marido, volvió a contraer matrimonio, y tras el fallecimiento de su segundo esposo, hizo acto de pública penitencia, entrando en la basílica de San Juan de Letrán vestida con un traje de saco para, a partir de ese momento, dedicarse enteramente a ayudar a los pobres y enfermos.

Su popularidad se debió a la obra "Fabiola o la Iglesia de las Catacumbas", publicada en 1854 por el cardenal británico Nicholas Wiseman y traducida a diez idiomas, que dio lugar a todo un culto de esta santa.

En 1885, un pintor académico francés, Jean-Jacques Henner, inspirándose en esa hagiografía, creó el retrato imaginado, aunque definitivo, de Fabiola, que ha servido de prototipo de todos los retratos que se exhiben ahora en la galería londinense.

Estilísticamente, el de Henner refleja la clara influencia de los retratos que hicieron en la Venecia del siglo XV pintores como los Bellini, según ha señalado la experta Lynne Cooke.

Esa imagen devocional, de cuyo original sólo se conserva una reproducción en blanco y negro, alcanzó rápidamente gran popularidad en todo el mundo y dio lugar a todo tipo de imitaciones que han inundado desde entonces los mercados de ese tipo de objetos.

Tras abandonar sus estudios de arquitectura y dedicarse al arte conceptual, Alÿs decidió hacerse con una colección de arte, pero dados sus recursos limitados y su fascinación por todo tipo de producción artesanal, se dedicó a buscar copias de obras famosas en esos mercadillos que pudieran haber realizado mediocres imitadores.

Pero en lugar de copias de "La Última Cena", de Leonardo, o "Los Borrachos", de Velázquez, comenzó a ver en esos lugares copias de la imagen de esa santa creada por Henner.

Fue entonces cuando le vino la idea de coleccionar todas las que encontrase hasta conseguir una "masa crítica", que es la que se expone ahora en Londres con un efecto sobre el espectador que sólo puede calificarse de estupefacción.