Un historiador asegura conocer la verdadera identidad de 'Jack el destripador'

INFORMATIVOS TELECINCO 05/10/2009 15:05

Mei Trow ha estudiado todas las posibilidades con técnicas forenses que permitieron la realización de un perfil psicológico y hasta de ubicación geográfica para llegar a la conclusión que el homicida más célebre del mundo era el encargado de la morgue de Whitechapel.

La tesis de Trow es el resultado de dos años de intensa investigación en las que el historiador rastreó hasta en los archivos del FBI. Así realizó un perfil psicológico del asesino de cinco prostitutas londinenses en 1888. Y lo definió como un hombre blanco, de clase social baja, nacido con mucha probabilidad en un hogar deshecho;

el historiador además confirma lo que ya otros investigadores habían descubierto: que el asesino en serie que descuartizó y mutiló a sus víctimas tenía conocimientos quirúrgicos.

Jack el destripador era un hombre poco sociable, posiblemente con un inadaptado. El historiador además ha conjeturado que Robert Mann asesinó a dos mujeres más de las que hasta el momento se han contabilizado.

Martha Tabram con 39 cuchilladas habría sido la primera víctima de Jack el destripador y Alice Mackenzie brutalmente asesinada ocho meses después de que el 'serial killer' anunciara que no mataría más.

Los cuerpos de las dos mujeres fueron llevadas por la policía a la morgue donde trabajaba Robert Mann quien no respetó la orden del inspector jefe de no tocar los cuerpos, por lo que el encargado de la morgue -según conjetura Trow- tuvo la oportunidad de "admirar su obra de arte".

En el sumario del juez de instrucción de los asesinatos escribió sobre el oscuro encargado de la morgue: "ni sus recuerdos, ni lo que cuenta es confiable".

Trow, ha asegurado que su intención "era acabar con el mito del asesino con un sombrero y un cuchillo en la mano. En realidad Jack era un hombre común".

Mei Trow no ha sido el único en buscar la identidad de Jack. Las hipótesis, tesis e investigaciones abundan y un centenar de sospechosos han sido identificados como el asesino de Whitechapel a lo largo de los años.

La escritora estadounidense Patricia Cornwell pasó más de tres años y gastó una fortuna en intentar demostrar que el asesino había sido el pintor Walter Sickert (1860-1942).

Un ex detective británico llamado Trevor Marriott también dedicó años a estudiar los casos del célebre asesino y concluyó que el verdugo de las prostitutas era un marinero que buscaba vengarse por la enfermedad venérea que una de ellas le contagió.