El MACBA muestra su colección, con 250 obras recién adquiridas o donadas

AGENCIA EFE 13/05/2009 11:54

Cuando David Lamelas desplegó en 1967 en la sala oscura de una galería una batería de televisores que no transmitían ninguna imagen, sólo la pantalla con nieve y un sonido estático, el artista argentino quiso explorar los límites de la temporalidad en el arte.

Esta instalación, "Situación de tiempo", es ahora una de las obras que reúne el MACBA con motivo de la exposición "Tiempo como materia. Colección MACBA. Nuevas incorporaciones".

Según el director del museo, Bartomeu Marí, la elección de la obra de Lamelas no es baladí, pues "el factor tiempo juega un papel crucial en esta muestra", que ocupa las tres plantas del museo y que abarca los últimos cincuenta años de la historia del arte.

Se trata de instalaciones, pinturas, esculturas, fotografías, collages, maquetas y libros que apelan al factor temporal como un material más de la producción artística y que dan al espectador un papel determinante para interpretar los múltiples itinerarios que plantea esta exposición.

Entre las obras expuestas destacan trabajos de Tàpies, Robert Motherwell, Franz Kline, Gego, Palazuelo, Constant, Hans Haacke, Dan Graham, Soledad Sevilla, Matt Mullican, Palle Nielsen, Joan Jonas, Richard Hamilton, Tere Recarens, Joan Rabascall, Ignasi Aballí, Nacy Spero, Sanja Ivekovic, Muntadas, Francesc Torres o Rita McBride.

El año de arranque de "Tiempo como materia" es 1955, año en el que el Palau de la Virreina mostró en pleno franquismo la exposición "El arte moderno en EEUU", que tuvo una gran influencia en la consolidación del informalismo catalán y español.

En la primera sala de la exposición se rememora el espíritu de aquella década, en que la abstracción ganó su pulso a la figuración con lienzos de Franz Kline, Morris Louis, Motherwell y Clyford Still, así como obras de Tàpies, Antonio Saura, Manuel Millares, Oteiza y Chillida.

Del artista Constant Nieuwenhuys, que representa uno de los puntos de inflexión del recorrido expositivo, se muestran una serie de maquetas, dibujos, mapas topológicos y otros documentos de lo que supuso la última utopía global del siglo XX, en la que trabajó el artista a lo largo de treinta años.

La obra de Hamilton, que fue uno de los que acuñaron el término 'pop art', entra en diálogo con piezas de artistas catalanes que recibieron aquel influjo como Rabascall, Miralda, Jaume Xifra, Benet Rossell y Pere Noguera.

La exposición presenta por primera vez en España una de las obras más destacadas en la producción de Haacke, "Shapolsky et al. Manhattan Real State Holdings, a Real-Time Social System" (1971), censurada en una exposición por el Guggenheim de Nueva York y que denuncia las grandes operaciones de especulación inmobiliaria.

Junto a la obra de Haacke se muestra otra coetánea, "City Slivers" (1971-1976), en la que Gordon Matta-Clark proporciona un ejemplo lúcido y amargo sobre el devenir de la ciudad.

En la planta 2 se ofrecen dos itinerarios posibles: la idea del juego y el placer como contramodelo de la educación oficial, derivada de la obra de Constant, y la tensión entre cine y teatro, esta última ilustrada a través de nueve obras de nueve artistas, entre ellos Aballí, Lamelas, Vito Acconci, Bruce Naumann, Jana Sterbak y Asier Mendizabal.

El primer recorrido está punteado por instalaciones como "M.I.T. Project (1990-2009)", de Matt Mullican, que recoge la particular cosmología del artista a partir de diferentes ideogramas; u otras propuestas como la serie de parques infantiles de Peter Friedl.