Las secuelas han sido duras; ha perdido el ojo derecho por lo que tiene que llevar un parche, sufre lesiones por todo el cuerpo y cicatrices en la cara, y además, el fuerte golpe que sufrió en la cabeza tras empotrarse con la rampa de un camión, le fracturó el cráneo por lo que aún debe llevar la cabeza rapada.
Pero a pesar de todo ello María no pierde la sonrisa, ya que sabe que estas secuelas no son nada teniendo en cuenta la gravedad del accidente. Recordemos que María de Villota perdió el control de su vehículo mientras estaba disputando unas pruebas con su equipo de Fórmula 1 en el aeródromo británico de Duxford y se empotró con un camión que se encontraba aparcado en las inmediaciones de la pista.
Tras este accidente, la piloto pasó largas temporadas en centros hospitalarios de Reino Unido y España pero finalmente las diversas y complicadas operaciones terminaron con éxito y María pudo regresar a su casa de Madrid.
Ahora, tras pasar un verano rodeada de los suyos en su casa familiar de Santander, María debe enfrentarse al largo y complicado proceso de recuperación que, según cuenta 'La Otra Crónica', incluye revisiones periódicas y dos operaciones quirúrgicas (una oftalmológica y otra plástica).
Pero como decimos, su optimismo es desbordante, y afortunadamente cuenta con el mejor apoyo posible gracias al ánimo constante que le ofrecen sus padres y hermanos quienes no se separan de ella ni un segundo.
Además, los cientos de fans de María tampoco paran de enviarle su cariño a través de las redes sociales y estamos seguros de estas muestras de afecto, sumadas al trabajo y a la fortaleza de María, la encumbrarán hasta lo más alto haciendo de su recuperación todo un éxito.