Merino asegura no ha abandonado a la poesía, sino que la poesía le ha abandonado a él

AGENCIA EFE 20/04/2009 12:04

El autor, que inició su camino literario con un poemario -Sitio de Tarifa- afirma: "No he abandonado a la poesía, es ella la que me tiene abandonado a mi; tal vez lo que tenga de poeta lo destilo en la prosa porque no tengo otro remedio. A veces he esbozado un poema... y me acaba saliendo un cuento"

Merino comparte con otros autores, como el propio Luis Mateo Diez o Llamazares el hecho de haber empezado a escribir poemas para dedicarse luego prácticamente a la prosa. "la poesía es mucho más que una escuela de aprendizaje del trabajo de la prosa; pero por lo menos a los poetas frustrados nos ha enseñado a pensar en las palabras".

Elegido en marzo de 2008 como académico de la Lengua, Merino piensa que internet es una extraordinaria herramienta pero que cree no ha modificado el lenguaje literario.

"Lo que si está alumbrando -dice- en una especie de nuevo género literario, un espacio epistolar nuevo que es el de los blogs, en los cuales hay una mezcla de creación, de crítica y de dietario".

Opina que en el lenguaje ha influido más la televisión, "con su mensaje más rápido, que no permite el reposo, la reflexión sobre la imagen y la secuencia tradicional".

El escritor acaba de lanzar su última novela, La sima, en la que aborda un asunto relativo a la Guerra Civil Española, pero tiene claro cual es el nuevo objetivo literario.

"La verdad es que este último (La sima) se me cruzó con otro; había empezado, con El lugar sin culpa, una trilogía de novelas cortas. La primera transcurre en una isla, la siguiente iba a transcurrir en una montaña. Empecé a tomar notas, sobre una montaña de León, y se me cruzaron una serie de cosas que acabaron siendo una novela diferente. Tengo pendiente la continuación de aquella trilogía"

Nacido en La Coruña, el espacio de la memoria del escritor es leonés, aunque opina que "el autor, por naturaleza, tiende a lo universal".

"Sin embargo -añade- el escritor tiene un territorio íntimo, el del sentimiento, el de las primeras experiencias, el paisaje del alma que decía Unamuno, y en mi caso es León".

"En ese paisaje hay una ciudad llena de monumentos míticos, arquetípicos -murallas, catedral, san Isidoro- monumentos que se repiten en muchas escenografías europeas; luego están los valles, con el río y la montaña; la cordillera en su vertiente sur, el olor, el paisaje".

Aún en la novela más leída -El oro de los sueños- está ese paisaje de la infancia: "el protagonista de la historia, un mestizo, se apellida Villacé, que es el nombre del pueblo de mis abuelos; de forma que también está ahí mi guiño al territorio"

En su discurso de entrada a la academia realizó "una reflexión de la ficción, no como una mentira, artilugio o invento, sino como algo que nace naturalmente con nosotros. El homo sapiens empieza a enfrentarse con el mundo a través de la ficción y a explicarse la realidad mediante la ficción, incluso antes de la escritura.

Para el encuentro del día 23, en el que recibe el premio de las Letras de Castilla y León, su discurso va a ser muy breve: "básicamente de agradecimiento en nombre de los premiados y una pequeña referencia, por mi caso particular, y a mi relación con el territorio, mi territorio de la infancia".