Norman Foster resalta el valor económico de la arquitectura y la necesidad de "hacer más con menos"

EUROPA PRESS 22/11/2012 18:44

Norman Foster ha destacado este jueves el valor económico de la arquitectura, una industria que genera 125.000 millones de dólares de ingresos y que emplea a 1.200.000 personas, de las que tres cuartas partes son arquitectos.

Así lo ha expuesto en la presentación de la serie 'Atlas. Arquitecturas del siglo XXI', editada por la Fundación BBVA y que se publica simultáneamente en dos ediciones (española e inglesa). Foster ha elogiado este trabajo "que presenta de una manera tangible y concreta, en esta era digital, un contenido que supone un acontecimiento que nos permite conocer la arquitectura global de nuestro tiempo a través de sus páginas, textos e imágenes".

Cuarenta expertos y casi cuatrocientos fotógrafos han documentado en cuatro volúmenes (Asia y Pacífico; América; África y Oriente Medio; y Europa) la arquitectura del mundo en los comienzos de este siglo. La serie completa un itinerario a través de más de un millar de obras y proyectos, 237 de los cuales se ilustran y describen en detalle. Esta serie se suma a publicaciones anteriores en las que la Fundación BBVA había puesto su foco en la arquitectura.

Fernández-Galiano, catedrático de Proyectos en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, ha explicado la estructura de la serie y cómo se ha organizado el trabajo. Cada volumen se divide por zonas geográficas en diez capítulos y de cada capítulo se ha encargado un autor. "La mayoría son arquitectos, pero además hemos buscado que tuvieran un perfil académico, de críticos o historiadores de la arquitectura y que, dentro de su región, fueran líderes con autoridad indiscutible por sus trayectorias y publicaciones", ha señalado.

Como aportación más novedosa del Atlas, ha resaltado la parte dedicada a África, "una arquitectura poco conocida incluso entre quienes nos dedicamos a este mundo".

El arquitecto británico Norman Foster es fundador y presidente de Foster + Partners, el estudio que más aparece en la serie y uno de los tres únicos presentes en los cuatro volúmenes. Su condición de arquitecto global se muestra en la versatilidad de la obra publicada en el Atlas, que va desde el Aeropuerto Internacional de Pekín o la Cúpula del Reichstag de Berlín a un prototipo para construir escuelas en Sierra Leona en el que conjuga elementos de la arquitectura sostenible con sistemas constructivos locales.

Desde el punto de vista de las tendencias estilísticas, el Atlas refleja la realidad de la arquitectura mundial: "En el siglo XX existían movimientos que se imponían sobre las individualidades; ahora no hay escuelas, sino autores, o mejor dicho, grandes despachos con centenares de empleados, y las tendencias estilísticas son eclécticas", ha afirmado Fernández-Galiano.

En cuanto a las potencias emergentes en arquitectura, no siempre coinciden con la posición económica del país. "Países pequeños en cuanto a extensión, son potencias en arquitectura, como el caso de Suiza, Holanda o Finlandia, pero junto a ellos están emergiendo otros. En América Latina, Chile tiene la mejor arquitectura autóctona, pero también destaca México. En África despunta Sudáfrica, pero el gran fenómeno de la arquitectura mundial es China. Empezaron importando y formándose en otros países, pero ahora tienen grandes despachos propios".

Las obras recogidas en los países ricos reflejan bien la arquitectura de la prosperidad, pero Fernández Galiano explica cómo está repercutiendo la crisis en este campo y el giro conceptual al que ha llevado a los arquitectos: "Hemos entrado en una etapa nueva en la economía, pero también en la sociedad y en la política que podemos resumir en dos pilares: austeridad y solidaridad. Por un lado los arquitectos debemos hacer más con menos: más seguridad, belleza, calidad, utilidad y confort con menos presupuesto, menos consumo de energía y materiales menos caros. Pero eso debe ir acompañado de una solidaridad basada en lo común en un doble sentido. Común en el sentido de espacios urbanos compartidos, pero también de lo cotidiano frente a lo extraordinario". Es lo que ha denominado "la arquitectura de la necesidad, que marcará la tendencia a rehabilitar, recuperar, y reconstruir frente a la historia reciente de la nueva construcción grandiosa".

Frente a quienes han puesto la arquitectura de los últimos años como ejemplo o símbolo de despilfarro, Fernández-Galiano ha argumentado que "aunque es cierto que se han producido casos intolerables de descontrol por parte de clientes y arquitectos, la mayoría de las obras son fruto de una etapa de prosperidad y de optimismo que ha llegado a su término. Pero no debemos avergonzarnos de esas obras, y seguro que en el futuro estaremos orgullosos de ellas, igual que ahora lo estamos de las catedrales, que tampoco hubieran sido posibles en su momento bajo los parámetros del coste beneficio".

UNA CUESTIÓN DE ACTITUD

Foster, por su parte, ha puesto otro ejemplo: "Veamos el caso de Nueva York. Sus edificios más emblemáticos y que forman ya parte de su identidad y su cultura corresponden a la época de la Gran Depresión. En tiempos de dificultades es cuando hay que hacer más con menos. Es entonces cuando el espíritu humano es capaz de afrontar retos y superar nuevas fronteras".

El arquitecto británico reconoce que a los arquitectos también les afecta la crisis: "Pero siempre digo que un arquitecto que realmente lo es debe creer en el futuro. Es más una cuestión de actitud que de presupuesto".