El arte más provocador y obsesivo de la japonesa Kusama, en el Reina Sofía

AGENCIA EFE 09/05/2011 15:54

La muestra trata de recoger la evolución de la artista, con especial hincapié en los momentos en que su obra supone un cambio de paradigma artístico, especialmente en los años 60, según ha explicado a Efe el director del Museo, Manuel Borja-Villel, quien ha lamentado el aspecto "marginal" que se ha atribuido a su obra por sus "problemas mentales".

La retrospectiva sobre Kusama (Matmumoro, Japon, 1929), la primera que se ofrece en España, incluye algunas de sus instalaciones de gran formato, como "I'm here, but nothing" (2000) o una nueva representación del espacio infinito en "Infinity Mirrored Room-Filled with the brilliance of life", montaje diseñado expresamente para la muestra por la artista, de 82 años, en el que el espectador se puede internar y explorar, rodeado por su propia imagen reflejada en luces tipo "led".

La exposición ha sido organizada en colaboración con la Tate Modern de Londres y, tras su paso por España, recorrerá otros de los principales centros de arte del mundo, como el Centre Pompidou de París, la propia Tate Modern y el Whitney Museum de Nueva York.

A lo largo de las 150 piezas expuestas, el visitante podrá admirar la amplitud de registros de la japonesa, quien vive en un psiquiátrico japonés por voluntad propia desde hace años y continua trabajando en su estudio exterior.

Entre las principales obras destaca una selección de sus primeros trabajos en papel, expuestos en muy pocas ocasiones; sus collages fotográficos de corte alucinógeno que creó al regresar a Japón en 1973 tras su estancia en EEUU; o sus famosas "Accumulation Sculptures" de la década de los sesenta.

Estas esculturas representan diversos objetos domésticos, como sillones, ropa o accesorios, recubiertos por múltiples "falos" de tela rellenos y cosidos, "un grito contra el elemento autoritario y masculino y una crítica a la transformación del objeto deseado en un elemento de consumo", según Borja-Villel.

Para la comisaria de la muestra, Frances Morris, responsable de Arte Internacional en la Tate Mordern de Londres, en esta época la artista cambia de técnica justo cuando empieza a disfrutar de cierto reconocimiento y refleja su "obsesión por el sexo, su horror a la penetración".

Antes Kusama, la artista viva más conocida de Japón, había pintado sus famosos "Infinity nets", un conjunto de lienzos de gran formato en los que de nuevo aparece su lado más obsesivo en redes formadas a partir de un único y uniforme gesto de pincel.

Sus collages, realizados en la década de los sesenta, se componen de densas acumulaciones de pegatinas de correo aéreo o sellos postales repetidos infinitamente, técnica que conecta a la artista con los avances en el minimalismo y el arte conceptual del periodo, mientras que el collage con dinero de juguete la vincula a los billetes de dólar serigrafiados que Warhol creó en la misma época.

Sus famosas performances y escandalosos happenings de finales de los 60, en muchos de los cuales aparece desnuda con la participación del público, también están presentes en la muestra, así como sus últimos trabajos, una serie de cuadros que recuerdan a sus primeros años con motivos repetitivos de flores, ojos y sus señas de identidad por excelencia: los puntos y las redes.

El nuevo director de la Tate Modern, Chris Dercon, ha animado a ver la muestra desde la perspectiva de que muchas de sus obras fueron creadas en el hospital psiquiátrico y ahora se exponen en un antiguo hospital reconvertido actualmente en centro de arte.

Dercon ha destacado la influencia de Kusama en muchos artistas japoneses y ha asegurado que en Japón no existe una palabra para definir el feminismo: "cuando se habla de feminismo, se piensa en Kusama".