Cerca de 3.000 personas han vibrado con la música de Way Out y han continuado con esta tónica durante el resto del evento, que se ha prolongado durante dos horas.
Primero unos acróbatas nos han mostrado de lo que son capaces de hacer en alusión a los licántropos, que aparecían en las imágenes proyectadas del fondo.
Pocos minutos después hacía su entrada el director Chris Weitz y tras él, los tan esperados actores protagonistas: Taylor lautner, Kristen Stewart y Robert Pattinson, por este orden. Los decibelios iban subiendo con cada nueva presentación hasta la apoteosis con Pattinson. Más de una se ha dejado la voz, pero les daba igual, estaban felices por estar allí.
"Sólo queremos verles y que, por favor nos firmen. Llevamos aquí desde las seis de la mañana, pero no nos importa", nos gritaban algunas de las fans.
Pero no todo ha sido de color de rosa. Además de los fans que no han podido acceder al recinto, de los que lo han hecho, tan sólo 400 se encontraban en la denominada zona vip. Es decir, que tan sólo esos han tenido la oportunidad de pedir un autógrafo para el recuerdo.
Desde las gradas se oían los gritos incesantes que atacaban a la organización y que aludían a la poca justicia de la situación. Después de haber conseguido entrar (con todo lo que eso ha supuesto) no han podido verles de cerca ni han tenido la oportunidad de pedirles una firma.
Aunque su petición a voces: "Que suban a las gradas, que suban a las gradas" era algo imposible de realizar. Incluso pensando en su propia seguridad. Entonces sí que se hubiese organizado una verdadera revolución en Vistalegre.
Parece que se han llevado un grato recuerdo de los fans españoles, al menos eso es lo que han dicho. Desde luego el calor lo han llegado a sentir.