Slow living o el placer de cambiar urgencia por tranquilidad

  • El Slow living recupera el ritmo natural de las cosas

  • La pandemia nos hace replantearnos qué prioridades tenemos

  • Las descargas de aplicaciones sobre salud se dispararan un 60%

Cada vez son más los que piensan que la pandemia de coronavirus va a tener un efecto positivo en nuestras vidas. Que este parón forzoso nos ha servido para pensar, replantearnos qué futuro queremos y recuperar el ritmo natural de las cosas. Es el ‘slow living’, es decir, el placer de disfrutar de lo que hacemos, cambiando la urgencia por tranquilidad.

Vivir sin prisas es el nuevo mantra. Lo llaman ‘slow living’ y cada vez gana más adeptos.

Íbamos a toda velocidad, pisando el acelerador hasta que la pandemia nos frenó en seco. El confinamiento paró el reloj y el tiempo pasaba más lento. Para muchos fue desesperante y para otros la oportunidad de apreciar las pequeñas cosas.

Como la afición a los fogones. La cuarentena fue cuna de cocinillas. Muchos se lanzaron a hacer hasta su propio pan porque si algo sobraba era tiempo.

Se podía disfrutar de un buen libro, de una charla o de un paseo. Entro en juego en nuestras vidas la calma.

El yoga y la meditación son herramientas básicas de esta nueva tendencia que ahora llamamos ‘slow living’. Bajar pulsaciones es el objetivo. Se trata de tomar conciencia de nuestro propio bienestar. Y parece que la pandemia también ha influido en esto. Las descargas de aplicaciones sobre salud se dispararon un 60% desde el estado de alarma.

Objetivo final: Reducir la marcha para ganar felicidad. La vida pausada ha llegado para quedarse.