'Tío Vania', de Chejov, llega este miércoles a los Teatros de Canal de la mano de L'Om Imprebís

EUROPA PRESS 11/01/2012 07:13

Una personal versión de Tío Vania, llena de ritmo y emoción, con la que el director Santiago Sánchez nos conduce a través de un laberinto de espejos en el que vernos cómicamente reflejados.

El maestro ruso presenta con cercanía y sutileza a ocho seres humanos que, rehenes en un juego lleno de trampas, podrían ser hijos de cualquier tiempo y lugar. Porque poco importa el argumento, la época o el país. Inquietantemente familiar, es fácil para el espectador de hoy reconocer el juego y sus reglas: cuanto más nos empeñamos en la huida, más nos enredamos en la tela de araña de la que tratamos de escapar.

Con luminosos cuadros de costumbres, hilvanados con un humor feroz, Chéjov construye una metáfora brillante, desasosegante en su proximidad, sobre la miseria que se esconde en nuestras rutinas y sobre la posibilidad de luchar por una vida mejor y conseguirla.

De la mano de su director, los últimos espectáculos de L'OM-IMPREBÍS (Galileo, de Brecht; Quijote, de Cervantes; o Calígula, de Camus) han tratado del idealismo y la utopía. De su necesidad y sus riesgos.

Rosana Pastor (ganadora de un Premio Goya por Tierra y Libertad, con dirección de Ken Loach, y dos veces nominada por las películas Juana la Loca y La conjura de El Escorial) interpreta el papel de la enigmática y sensual Helena.

Junto a ella, un reparto de primer nivel -formado por Sandro Cordero (Calígula), Vicente Cuesta (Quijote), Paca Ojea (Galileo), Carles Castillo y Carles Montoliu (Imprebís), Xus Romero (Don Juan, con John Strassberg) y Carmen Arévalo (La Celestina, de Robert Lepage)- levanta esta pieza, ejemplo cumbre de la magia del gran teatro, que podría condensarse en una pregunta, objetiva y honesta: ¿Qué estamos haciendo con nuestras vidas?.