Villancicos para después de una guerra: las piezas olvidadas que recopiló el franquismo

  • Entre 1940 y 1974 decenas de villancicos fueron recogidos y documentados por la 'Sección Femenina' franquista

  • Muchos de ellos ya no se cantan, pero permanecen en los archivos de nuestro país

La escena transcurre en diciembre de 1954. A un pueblo de la provincia de Cádiz, Algar, llega un equipo de la 'Sección Femenina' franquista. Lo componen (los años vuelven los datos imprecisos) dos o tres mujeres. Al frente sí sabemos que está María Martínez Eizaguirre. Vienen a hablar con los mayores de la localidad, que por entonces ya rozan los 80 años y han nacido en el siglo XIX. Su objetivo, recopilar los villancicos que recuerden.

El resultado de ese viaje es Iban caminando, un villancico que ha sido, según aparece escrito en la ficha elaborada por estas mujeres, "recogido de los más ancianos de la localidad que, dicen, lo aprendieron de sus padres". Como valor artístico la ficha señala "poco", como valor folclórico "muy popular". Es uno de los más de 80 villancicos recopilados por el régimen franquista, que se conservan en el archivo provincial de Cádiz.

"Esto comienza en toda España cuando termina la guerra y sigue hasta principios de los años setenta", explica José Ramón Barroso, asesor de Gestión Documental en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz. "Había dos tipos de personas que se dedicaban a ello. Por una parte estaban mujeres de la jerarquía franquista a nivel provincial, que eran las que revisaban el trabajo, y luego estaban las voluntarias o chicas que estaban haciendo el Servicio Social que entonces existía para las mujeres", añade.

Las fichas eran solo una parte del trabajo de campo de estas mujeres. Recogían también la letra integra y la música, que trasladaban a una partitura. Pieza a pieza, año a año. Una recopilación minuciosa que ha hecho llegar a nuestro días muchos villancicos inéditos.

"Muchos de ellos ya no se siguen cantando", cuenta José Ramón Barroso. "Las personas que entrevistaron ya han muerto y, si entrevistásemos a los que viven hoy, se saben los villancicos de Disney", añade.

La cuestión es qué hacían esas mujeres, libreta o magnetofón en mano, por los pueblos de toda España, recopilando villancicos, canciones y danzas populares. "Eran unas mujeres muy bien adoctrinadas, que tenían muy asumido que las jerarquías eran las que mandaban", explica el Profesor Titular de Didáctica de la Expresión Musical del Universidad de Valladolid, Juan Carlos Manrique.

"Les dijeron que había que ir por los pueblos haciendo una recopilación de todo el folclore porque era nuestra seña de identidad. La música popular era la buena, la folclórica, la de siempre, pero cuidado con los textos, con las letras...", comenta. En una palabra, censura, cuando lo recopilado no coincidía con los objetivos del régimen franquista.

"Todas aquellas canciones, coplas o letras que no convenían, desde luego había una censura", prosigue Juan Carlos Manrique. "Se cambiaban las letras y se daban vueltas para que no se dijera lo que se estaba diciendo", añade.

No es el caso de los villancicos. Su carácter religioso no levantaba mayores sospechas en el régimen franquista, y las fichas se fueron acumulando en nuestros archivos. Muchas, son hoy objeto de estudio.

"Desde que lo publicamos han acudido folcloristas, musicólogos", dice Barroso. "También gente de algunos pueblos que quiere conocer el folclore de su localidad, cuya transmisión ha quedado interrumpida", comenta.

Todas aquellas canciones, coplas o letras que no convenían, desde luego había una censura

Con un sombrero de paja, "muy antigua, de la época de los morenos (debido a cuando en Cádiz se comerciaba con Cuba)", dice la ficha de un villancico recopilado en Cádiz capital. Villancico marinero, "típico de los marineros del pueblo", expone otra sobre uno de Tarifa. Formaron parte del intento de transmisión ideológica a través de la música, utilizado por el régimen franquista. Hoy, son solo villancicos.