A Katy Perry le gustan las visitas relámpago y en su paso por Londres no ha perdido la oportunidad de visitar a un viejo amigo. Esta pareja se conoció durante el festival de Coachella el pasado mes y, durante semanas, se habló de que la cantante se había vuelto a enamorar.
Incluso presentó a Robert Ackroyd a sus amigos más íntimos y paseó su amor, con bastante cautela, por el exclusivo Beverly Hills. Aún así, la cosa no cuajó y la pareja se separó, aunque ninguno de los dos hubiera confirmado la relación.
Casualmente es lo mismo le pasó con el guapísimo Baptiste Giabiconi, con el que mantuvo una fugaz relación no reconocida por ninguno de los dos y al que fue a visitar en varias ocasiones.
Al igual que con el modelo francés, la distancia ha hecho lo mismo con este guitarrista británico, aunque se hayan vuelto para recordar buenos tiempos, ha sido un impedimento para que su relación se consolide. Pero, ¿a qué habrá venido este reencuentro?