El excliclista pintor que vende sus cuadros de campeones de la bici por todo el mundo

El pintor del ciclismo
Miguel Soro en plena manifestación artística@miguelsoro
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El ciclismo tiene una cualidad plástica de la que carecen otros deportes. La épica del esfuerzo agónico, la danza sobre la máquina, la elegancia en la fatiga o la colorida estética de los maillots se combinan con los parajes naturales más impresionantes para crear algo parecido a arte en movimiento. Y precisamente a convertir esa pasión por un deporte en una forma de expresión artística se dedica Miguel Soro (Xátiva, 1976), exciclista profesional reconvertido en pintor de cuadros exclusivos muy cotizados en medio mundo y que incluso adornan las paredes de las casas de campeones de ayer y hoy, como Alejandro Valverde y Tadej Pogacar.

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Soro vistió los colores de equipos continentales de España, Portugal o Italia durante sus años como profesional. Cuando dejó la competición y tuvo que buscarse un hobby para llenar su tiempo libre se refugió en los pinceles, con los que ya había empezado a hacer algunos pinitos. Empezó pintando paisajes pero pronto se decantó por plasmar en los lienzos su pasión por el velocípedo. La gracia está que usa la técnica acrílico-collage, que consiste en pegar fotos, artículos de revistas y pintar con acrílico por encima para dar forma a lo que tiene en la cabeza.

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Entre 2.500 y 3.000 euros el lienzo

"Lo bonito es encontrarte en los fondos cosas que hablan de ciclismo, fotos de otros ciclistas y una obra que te sorprenda con el tiempo", explica en conversación con el medio Relevo. El tiempo que tarda en hacer uno varía mucho. "Si todo me sale bien, tardo dos días. Si se complica, tardo tres semanas (...) porque hay obras que fluyen y otras que no". Su precio ronda los 2.500 o 3.000 euros, "si es fuera de España un poquito más caro porque hay que enviarlo", lo que le permite vivir de su afición, algo que no es tan fácil cuando hablamos de arte.

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Exponer en las grandes Vueltas

Además de darle de comer, esta segunda vida dedicada al ciclismo le ha permitido a Soro exponer en muchos países, ir a las grandes Vueltas y conocer a grandes mitos. Su obra es tan original que inevitablemente llama la atención en las carreras. "La pintura me ha permitido estar en el Giro de Italia y en el Tour de Francia, comer en la casa de Francesco Moser, conocer a Felice Gimondi o a los hijos de Fausto Coppi. He hecho cosas que cuando era un niño eran impensables para mí", cuenta con orgullo.

Miguel Indurain, Luis Ocaña, Eddy Merckxs, Perico Delgado o Primoz Roglic son solo algunas de las leyendas de las dos ruedas que ha retratado este xativés. Lo que más le interesa es la posición del corredor o el gesto, y lo que busca es plasmar una imagen que atrape y emocione. Los resultados gustan mucho entre aficionados, cicloturistas e incluso profesionales. Más de uno tiene alguna obra suya. Suelen ser "regalos de familiares y las mujeres de los corredores porque es algo diferente que no tienen... y eso que son gente que tiene de todo". Sin embargo, hay una obra que no sale de su taller, al menos de momento: un cuadro de Miguel Indurain. "Es la persona más noble que conozco y siempre que lo veo me saluda; me dedicó una obra con una firma que la guardo con mucho cariño", concluye.