El empuje y la concentración de las jugadoras españolas fue fundamental, ya que permitió terminar el primer cuarto con ventaja (15-8). Con ese planteamiento las ibéricas terminaron la primera mitad con una ventaja de quince puntos (34-19). Cada jugadora cumplía su función, por lo que a la conclusión de la primera mitad habían anotado ocho españolas, por cinco de sus rivales turcas.
Sin embargo, las otomanas se repusieron muy bien tras el descanso y supieron marcar un nuevo ritmo plagado de intensidad, llegando a ponerse cuatro por debajo y terminando el tercer cuarto a tan sólo seis puntos. El parcial llegó a ser de 9-24, cuando las turcas empataron el partido a 43. Sin embargo, un cambio en la estrategia defensiva de las españolas permitió conseguir una gran intensidad personificada en Casas, lo que unido al acierto de Gil en los momentos clave dio la victoria a la selección hispana.