Parker fue el mejor jugador del torneo, entre otras cosas, gracias a los 19.7 puntos por partido que le sirvieron para coronarse como el máximo anotador del torneo por segunda vez consecutiva. Además, el base galo, añadió 2.1 rebotes por partido y 3.3 asistencias a su hoja de servicios en el torneo.
A pesar de que en la final no resultó decisivo, el jugador de los San Antonio Spurs ha sido el faro que ha alumbrado el ataque francés durante todo el torneo. Especialmente clave fue en las semifinales contra España, donde se fue hasta los 32 puntos y resultó imparable para los jugadores de Juan Antonio Orenga.
Este galardón supone el segundo para un base en la última década, después del logrado por Sarunas Jasikevicius en el Eurobasket de Suecia hace 10 años.