Las bicicletas también son para el invierno

Luis Murillo (@lmurilloarias) 25/11/2015 17:56

Ya estamos bien adentrados en el otoño y nos encaminamos al invierno. "Winter is coming", que dirían los personajes de ‘Juego de Tronos’.

Eres libre de condenar a tu preciada herramienta, la bicicleta, en tu trastero y que ésta no vea el sol hasta la primavera. Se llama hibernación, ¿a ti te gustaría que te hicieran lo mismo?

Sólo ha de quedarte clara una cosa: se puede salir a montar en bici en invierno sin ser un descerebrado.

Sólo hay que seguir unos cuantos consejos a rajatabla.

Utiliza la técnica de las capas

Es importante, por supuesto, abrigarse, pero siempre con un sentido, no sin orden ni concierto. Por eso la teoría de las capas siempre es un éxito.

La combinación frío + sudor es muy traicionera y hay que tener mucho cuidado si no quieres coger una pulmonía. Por eso es recomendable vestirse por capas para ir quitándonos o poniéndonos prendas en función del calor o el frío que haga.

De esta manera, lo más normal es que subiendo un puerto te den ganas de quitarte algunas capas pero luego, al llegar a la cima y tener que hacer un descenso, probablemente te las tengas que volver a poner. Es cierto que te entrará complejo de cebolla, pero es lo más efectivo.

Una recomendación para las capas de la parte superior es una camiseta de manga larga transpirable, un forro polar fino, un cortavientos, puede que un forro polar gordo y, si la previsión da lluvia, un chubasquero.

En cuanto a las extremidades inferiores, puedes utilizar unas mallas cortas, unas largas de lycra o leggings y, si hace mucho frío, unas más gordas con forro polar.

Y no te olvides de los complementos

Ya lo has leído. Es malo pasar frío, pero mucho peor es sudar cuando hace frío. Ésta es la razón por la que hay que abrigar con esmero las extremidades y dejar que el cuerpo, pecho y espalda transpiren. Es fundamental proteger las manos, los brazos, los pies, las piernas, la garganta, las orejas y los ojos. Es decir, no te debes olvidar de los siguientes complementos:

  • Guantes largos: ya no valen los que te compraste para el verano. Si son con membrana de vientos mucho mejor.
  • Braga para cubrir la garganta, la boca y el cuello: No está de más. Si tienes menos frío la dejas suelta y, si no, te puedes tapar garganta y boca.
  • Algodón de botiquín para las orejas: si lo conviertes en bolitas, lo puedes meter en las orejas para evitar la otitis. Es mejor que unos tapones porque así puedes oír el tráfico.
  • Casco y orejeras: las mejores son las que son como una cinta de forro polar. Si utilizas un gorro no te entrará el casco y sudarás más. Una de las partes del cuerpo por las que más se transpira es la cabeza.
  • Zapatillas de invierno: si utilizas rastrales o pedales normales puedes calzarte unas botas de montaña. Pero si eres de calas y tienes zapatillas de entretiempo, sólo tienes dos posibilidades: ponerte dos pares de calcetines o comprar cubrebotas de neopreno. Ésta última convierte tu calzado de entretiempo en uno de invierno.
  • Gafas: sí, en invierno y aunque el día esté nublado. El aire frío produce irritación cuando está en contacto directo con los ojos. Es verdad que por culpa del calor que desprendemos los cristales se empañan y es molesto. Nada de gafas de sol, que sean transparentes.
  • Camiseta interior remetida y calcetines altos: es importante para proteger los riñones y las pantorrillas ya que son dos de los lugares más sensibles al frío.

Eres un experto en crear excusas para no hacer deporte en esta época. Que si hace frío, que si va a llover, que si se hace de noche pronto. Si fuera por las excusas, los grandes hombres nunca habrían sido grandes. ¿Quién dijo miedo? Las bicicletas también son para el invierno.