¿Cómo influye el tiempo en los ciclistas de la Vuelta a España?

Luis Murillo 01/09/2015 09:45

La ronda española se lleva disputando desde la cuarta semana de agosto, coincidiendo con una bajada generalizada de las temperaturas en la mitad norte de España, y los aficionados a este deporte estamos de enhorabuena por asistir a un recorrido novedoso.

Lo que si deben hacer los ciclistas y los aficionados es consultar el pronóstico de lo que queda de Vuelta. Nosotros nos aventuramos a vaticinar a qué ciclistas beneficiará en función de sus características y qué otros deberán luchar contra los elementos.

En las etapas claves que nos esperan de la Vuelta a España vamos a tener de todo: calor, temperaturas suaves y lluvia. Las gotas de agua aparecerán en etapas de Alta Montaña decisivas como las que terminan en Andorra y en Alto Campoo. Los valores suaves acompañarán a los ciclistas durante el resto de las etapas de Asturias y el calor regresará en la definitiva jornada de la Sierra de Madrid, justo un día antes del final de la ronda española en la capital del país.

Los nuevos criterios de la Vuelta a la hora de elegir las etapas han incluido muchos finales en alto, hecho que ha atraído más audiencia y corredores de prestigio en los últimos años, pero que espanta a los aficionados más puristas. El cualquier caso, se trata de un recorrido duro en verano, por muy septiembre que sea, y el calor puede afectar tanto a los ciclistas profesionales que disputan las etapas como a los aficionados que tratan de emularlos. Y tanto unos como otros han de tener cuidado, especialmente los segundos.

Cómo afecta el calor a los ciclistas y cómo contrarrestarlo

El calor produce un aumento de la frecuencia cardíaca y una reducción de la resistencia cuando el ciclista pedalea. Además, incrementa el sudor, lo que hace que el deportista se deshidrate disminuyendo su rendimiento. Aunque se trascurra a alta velocidad, lo que provoca que el corredor no sude, no se debe pensar que el esfuerzo es menor. En momentos de alta competición, como lógicamente es cualquier etapa de la Vuelta a España, se puede llegar a perder más de cinco litros de agua a la hora.

La temperatura corporal ha de ser siempre de 37 grados. Si ésta aumenta, el rendimiento baja. Incluso se puede dar un caso de agotamiento debido al calor. Según los expertos, la temperatura externa ideal para practicar ciclismo es de 10 grados. Imaginad la diferencia que hay con los valores que alcanzan los termómetros a final de agosto y en la primera quincena de septiembre.

La mejor manera para que un ciclista mantenga la temperatura corporal es vestirse con ropa transpirable e hidratarse adecuadamente a base de agua y líquidos. Por ejemplo, en plena ascensión a un duro puerto de montaña lo mejor sería tomar 33cl de agua cada 15 o 20 minutos. Si el cuerpo se deshidrata, hay menos sudoración y esto provoca problemas en nuestro organismo.

Aparte de hidratarse bebiendo agua hay que hacerlo externamente. Es decir, echándose el líquido elemento sobre el cuerpo y la cabeza, incluso por encima del casco, para enfriar el cuello, la nuca, la espalda y el cuero cabelludo. Se trata de un recurso constantemente utilizado por los ciclistas profesionales.

Cómo afectan el calor o la lluvia a los favoritos de la Vuelta

En una Vuelta que se disputa ya al final de temporada, con un recorrido tan impredecible y sin poder calibrar exactamente las fuerzas de cada uno tras un curso plagado de carreras, incluidas las otras dos grandes vueltas (Giro y Tour),es difícil plantear los grandes favoritos.

El ganador del pasado Tour de Francia, Chris Froome, si está en forma, es uno de lo más competitivos con calor. Sin embargo, cuando las condiciones meteorológicas vaticinan lluvia, las piernas le tiemblan debido a sus limitaciones técnicas. Sin ir más lejos, se vio como sufría en la Vuelta a España 2014, el día que Contador atacó bajo un diluvio camino de Valdelinares. En la Tirreno Adriático de 2013, Nibali le robó la general en el húmedo descenso rumbo a Porto Sant Elpidi. También se pudo comprobar en el Tour de Francia del año pasado, donde quedó fuera de carrera por unas caídas provocadas por la lluvia.

Por su parte, el colombiano del equipo Movistar, Nairo Quintana, suelen funcionar bien tanto en calor extremo como en lluvia abundante. Así queda reflejado en sus gestas, como por ejemplo el día que se alzó con la etapa y la general en el Terminillo bajo la nieve durante la Tirreno Adriático. Lo mismo ocurrió en el Giro de 2014, cuando se lanzó en el descenso del Stelvio para alcanzar la maglia rosa. Por otro lado, él mismo ha reconocido que el calor no le asusta, como por ejemplo en la Vuelta del pasado año, cuando el pelotón llegó a Arcos de la Frontera con 40°.

Los ciclistas españoles que llegan con más posibilidades son los de siempre: Alejandro Valverde y Purito Rodríguez. El murciano, por ser de donde es, está muy acostumbrado al calor y apenas desciende su rendimiento cuando el termómetro sube. Por el contrario si la carretera se moja y hace frío, no confía tanto en sus posibilidades.

El corredor catalán, Joaquim Rodríguez, es un todoterreno y poco le importan las condiciones meteorológicas. Así lo demostró ganando Voltas a Catalunya con frío, lluvia y niebla o coronando como ganador etapas del Tour bajo intenso calor.

Tenemos por delante días apasionantes para ver ciclismo o para tratar de emular a los grandes ciclistas saliendo con la bici por la tarde.