Ballesteros, que agradeció al club el ofrecimiento para seguir trabajando en la entidad, estuvo arropado por su familia, amigos, empleados del club y aficionados, "El Levante me lo ha dado todo. Llegué con 18 años aquí, ha sido mi casa siempre y lo va a seguir siendo. Yo soy del Levante, me siento del Levante y siempre lo voy a ser", dijo.
"La afición ha sido y es ejemplar. Tenemos la mejor afición del mundo. Cuando éramos 3.000, en los momentos más difíciles de este club, eran los mejores. El año pasado con 16.000, eran los mejores y me lo han demostrado en cada partido", manifestó Ballesteros.
"No he tenido todavía a día de hoy ningún reproche de nadie, me he sentido orgulloso de defender esta camiseta a los límites que marca cada persona. Os puedo decir que he hecho lo máximo, me he dejado hasta la última gota por defender estos colores", añadió el zaguero.
"El Levante es un club centenario, defender que el Levante es el mejor club y ese respeto ya no sólo se gana en el campo, sino que se gana fuera. He intentado hacer lo máximo para que se nos respetara, para hacer este club algo más grande y de eso estoy muy orgulloso", comentó.
Sin embargo, Ballesteros no quiso revelar su futuro. "Quiero ver si hay alguna posibilidad, tengo mucha fuerza. Quiero seguir, quiero ver si puedo ayudar en algún sitio, si puedo vivir una experiencia bonita", aseveró el central de 37 años, que concluyó el acto haciendo entrega a sus padres, José y Adela, de una camiseta personalizada con sus nombres, el de su hijo y el número 18.