En un gran partido, que dejó claro que ambos equipos acabaron entre los cuatro primeros la temporada pasada por méritos propios, los de Simeone fueron mejores que los de Arrasate durante 70 minutos, pero acabaron llevándose los tres puntos gracias a dos paradas del meta belga Thibaut Courtois.
Desde el comienzo el Atlético se mostró superior, impuso su juego y desarmó a Griezmann y Vela. Además se vio al mejor Villa de los últimos tiempos, jugando como referencia ofensiva el asturiano está cómodo. Hoy cayó a banda, presionó y buscó el desmarque durante todo el partido, fue una auténtica pesadilla para la defensa blanquiazul, donde Iñigo Martínez y Ansotegi no estuvieron finos.
El equipo madrileño sabe a lo que juega con el 'Cholo' y hoy se volvió a demostrar, hacía mucho tiempo que un equipo no anulaba así a la Real, durante gran parte del partido los atléticos estuvieron serios atrás y muy acertados adelante. Así fueron llegando ocasiones, sobre todo de Villa, y goles. El primero antes del descanso, el segundo al poco de la reanudación.
Pero si hay un equipo contra el que no te puedes confiar es la Real Sociedad. Los donostiarras tienen muchísima calidad individual y hoy lo volvieron a demostrar. Cuando parecía que el partido no tenía más historia Xabi Prieto se aprovechó de un saque rápido de una falta y puso el balón en la escuadra. Desde ahí 20 minutos en los que apretaron y, con la entrada de Granero y Pardo, tuvieron el balón.
Poco a poco fueron encontrando sensaciones y con el buen trato de balón que les caracteriza llegando a las inmediaciones del área rojiblanca. Así llegaron dos ocasiones claras que pudieron ser el empate. La primera dejó la que probablemente sea una de las tres mejores paradas de la temporada, Courtois sacó a bocajarro un remate de Granero abajo, donde les duele a los porteros, con una mano salvadora que mandó el balón a corner, era el minuto 88. Después, en el 90, realizó otra gran parada a un disparo de Rubén Pardo a la escuadra. Así se llegó al final.
El Atlético demostró una semana más que es un firme candidato a aguantar arriba en la clasificación con Madrid y Barça. Tiene portero, tiene delantero y sobre todo tiene un equipo que cree a ciegas en lo que su entrenador ordena. Se ha convertido probablemente en el rival más incómodo de la Primera División.