La Danone Nations Cup, el gran homenaje al fútbol base

EUROPA PRESS 09/09/2013 21:05

Espinosa, un jugador de talento, ha tenido la suerte de hacerlo gracias a la Danone Nations Cup, el Mundial alevín que se celebró en Londres este fin de semana. Él, es sólo un ejemplo de los más de 400 chavales que disputaron el torneo: "He podido cumplir mi sueño", repetía tras ver su cara en la pantalla del octavo estadio más grande del planeta.

"No hemos ganado el Mundial, pero vaya regalo me llevo", contó su entrenador Joaquín Navarro, el 'niño' más grande de toda la representación española cuando estrecharon la mano a Zinédine Zidane. El nuevo ayudante de Carlo Ancelotti en el Real Madrid es el auspiciador de un campeonato que cuenta con 14 años de vida.

El francés compartió un día con los más pequeños y les dio algunos consejos para seguir disfrutando del fútbol, otro de los regalos de este viaje a la capital británica. Para aquél entonces, el Levante ya había probado el amargo sabor de la derrota tras caer ante Irlanda en la tanda de penaltis (1-1 y 2-1 en los lanzamientos).

El techo, que fueron los octavos de final y la decimotercera plaza final, no reflejó el buen nivel de este Levante, equilibrado y trabajado. Letal en la estrategia y con dos porteros excepcionales. Sin embargo, el fútbol le dio la espalda en el momento decisivo. Ahí, con la lluvia como invitada, se arrancó a llorar Miguel Giménez, el 'Batistuta' español, uno de los más queridos entre sus compañeros.

El '9' valenciano, cuya melena no pasa desapercibida -ni su reflexivo discurso ("sólo pagaría 100 millones por Xavi ó Iniesta")-, fue consolado por los irlandeses, de igual manera que él hizo meses atrás con Adriá Bernabé, el desangelado capitán del Espanyol tras la final de Cornellá. Ahora le tocaba a Miguel vivir esa rabia por dentro.

Seguramente Iniesta, Casillas, Torres y Silva, por subrayar cuatro campeones del mundo, hayan sufrido muchas de estas. Muchísimas. Seguramente queden muchas más por llegar, pero lo que no es seguro es que estos chicos vuelvan a tener la oportunidad de jugar en un escenario como Wembley.

Si no la tienen siempre será una buena anécdota para contar a sus nietos. "Esto es lo más grande que me ha pasado en mi vida", decía Roberto Laurel tras la victoria ante Canadá. Inconsciente de sus12 primaveras, el talentoso número '8' de la selección española.

VARANE Y GERRARD FUERON PROTAGONISTAS.

El combinado de Francia puso la guinda a la Danone Nations Cup tras ganar a Brasil en la gran final y Japón completó el podio dejando a Irlanda -el verdugo español- sin salir en la foto. El equipo galo, liderado por Jonathan Varane, el hermano del madridista Raphael, fue la gran sensación, por su juego, pero también por su apellido, obviamente.

En Inglaterra, que finalizó novena, destacó Bobby Duncan, un espigado delantero de las categorías inferiores del Manchester City, cuyo primo es Steven Gerrard. Un día después de que el jugador del Liverpool marcase con la selección 'pro' ante Moldavia, su relevo generacional recogía sobre el mismo tapete verde el galardón al máximo goleador.

El fútbol a veces resulta caprichoso, pero siempre tiene historias que merecen la pena. Como la de Emily y Jessica, las dos únicas chicas de la Danone Nations Cup, en las filas de Canadá. O como la de los sudafricanos, quienes nunca fallan con sus danzas y cantos hipnotizadores. Ni Argelia, con sus súplicas al cielo, ni Brasil, al ritmo de la samba. Todos los ingredientes en el que -posiblemente- sea el mejor torneo del mundo, un infinito homenaje al fútbol base.