La selección española de fútbol disputará el próximo domingo, ante Brasil, su cuarta final en los últimos cinco años después de haber eliminado a Italia en las semifinales de la Copa Confederaciones gracias al tanto de Jesús Navas en la tanda de penaltis.
El gol del flamante jugador del Manchester City permitió a España sacar el billete para jugar en Maracaná, una de las cunas del fútbol. Allí se enfrentará al anfitrión del torneo, que ha ganado todos sus partidos, y que acude con Neymar como gran estandarte.
España comenzó su exitoso ciclo en la Eurocopa de 2008, cuando derrotó a Alemania (1-0) gracias a un solitario tanto de Fernando Torres. El Prater de Viena mandó al traste el desapego de la 'Roja' con las fases finales y abrió la veda de una generación dorada, con Luis Aragonés como director de orquesta.
En la siguiente competición, la Confederaciones de 2009, España cedió ante Estados Unidos (2-0) y se quedó sin final. Con Vicente del Bosque en el banquillo, la selección nacional dejaba escapar la oportunidad de pelear por otro nuevo entorchado.
Sin embargo, en ese mismo país y un año después, España consiguió el primer Mundial de su historia tras imponerse a Holanda (1-0) en la final. El mítico gol de Andrés Iniesta, en el minuto 116, añadió la página más brillante del fútbol español.
Y, por último, tras completar el binomio 'Eurocopa-Mundial', añadió un nuevo cetro continental tras corroborar su estilo en la cita de Polonia y Ucrania. La selección española, que necesitó los penaltis para eliminar a Portugal en semifinales, arrolló a Italia (4-0) con goles de Silva, Alba, Torres y Mata.