En su tercer partido oficial, el técnico catalán fue expulsado al quejarse por una acción en la que Sergio Busquets perdió el balón en una acción que Vilanova interpretó como falta del jugador osasunista, y que acabó con un disparo de Nino al palo.
Por unas quejas "airadas", según apuntó el árbitro Muñiz Fernández en su acta, el técnico fue obligado a dejar el banquillo y podría perderse el próximo partido de Liga, el domingo ante el Valencia en el Camp Nou, aunque el club intentará impedirlo mediante estas alegaciones ya que el propio técnico negó en rueda de prensa haber realizado ninguna queja "fuera de tono".