El conjunto dirigido por Laurent Blanc volvió a demostrar que en estos momentos es el gran dominador del fútbol galo y se impuso al actual vencedor de la Copa de Francia con un doblete de su delantero estrella. El primer tanto llegó a los nueve minutos de juego tras un gran movimiento del capitán del PSG, que culminó con un disparo desde fuera del área. Diez minutos después el sueco cerró su buena actuación personal al transformar un penalti.
Se trató de la primera ocasión en que la Supercopa francesa se disputó en China, tras haberse jugado ya en África y América. Los aficionados que se congregaron en el Estadio de los Trabajadores de Pekín disfrutaron y acabaron por ovacionar a un Ibrahimovic gracias al cual el conjunto capitalino sumó la cuarta Supercopa de su historia.