"Siempre he dicho que el Espanyol y el Zaragoza son como mi novia y mi hermana. No podré nunca renunciar al cariño del club que me vio crecer y que me dio la opción de venir a Barcelona. El Zaragoza siempre tendrá una connotación diferente que no podré aplicar a otros clubes. Me ha costado muchísimo tomar esta decisión porque ha sido un proceso muy largo. Creo que, en estos momentos, el Zaragoza necesita más de mi presencia que el Espanyol", manifestó.
En este sentido, añadió que el Zaragoza tiene una connotación "especial" para él. "No podría ir a otro club. He tenido la suerte de poder desempeñar muchas etapas en el Espanyol y muchas muy difíciles, como la pérdida de Sarrià. Toda esa vivencia voy a dejarla ahora por un compromiso que he adquirido con el club que me formó y en el que estuve hasta los 24 años. Me duele mucho y es muy difícil tomar esta decisión", señaló.
Molinos, que seguirá siendo el socio 1.816 del Espanyol, se ha despedido acompañado de miembros del actual Consejo de Administración, además de su presidente, Ramon Condal, y el ex presidente Daniel Sánchez Llibre, así como de exjugadores como Lardín, Solsona y Eloy.
"Me llevaría conmigo a todos los consejeros del Espanyol porque son gente muy válida. La afición del Espanyol debe estar muy tranquila con el Consejo que tiene", tranquilizó a la masa 'perica' antes de reconocer que seguirá vinculado emocionalmente al Espanyol "a través de muchas facetas".
Ahora, asumirá la presidencia ejecutiva del Real Zaragoza porque su máximo accionista y anterior presidente, Agapito Iglesias, ha sido "muy persistente". "Me ha dicho que se va a vivir a Madrid, por lo que me dejará planificar y ordenar el Zaragoza con total libertad. Y eso es lo que voy a hacer", aseguró.